Si tomamos en consideración los últimos sondeos y los primeros resultados del escrutinio holandés, los euro escépticos serán más numerosos en el próximo Parlamento. El anuncio de la alianza del Partido Conservador británico con los polacos de Derecho y Justicia y los chechos del ODS provoca sudores a los partidarios del Tratado de Lisboa, comenta el diario polaco Dziennik. Porque el grupo formado por estas tres formaciones podría convertirse en la segunda fuerza política del Parlamento, a lo que se añadiría otro grupo euro escéptico liderado por Jean-Marie Le PEN y el holandés Geert Wilders.
Si los euro escépticos reúnen suficientes votos, avisa Dziennik, la Unión Europea se vería forzada a poner en solfa sus proyectos de diplomacia común, su presidente y su ministro de Asuntos Exteriores. Todos los euroescépticos no son extremistas. Pero estos últimos podrían ser los grandes triunfadores en esta cita electoral europea. Por lo menos doce partidos de extrema derecha podrían conseguir representación en Bruselas y en Estrasburgo, subraya Die Zeit. "La extrema derecha mantiene una red sólida en Europa", remarca el semanario alemán, y los partidos tradicionales no tienen estrategia para pararlos. "Con demasiada frecuencia, los partidos democráticos no les marginalizan en el debate, sino que les toleran con una fría sonrisa", observa la politóloga Britta Schellenberg. "Actúan en un ámbito demasiado local,en vez de razonar en términos europeos".
La derecha no tiene el monopolio del euroescepticismo, comenta Le Figaro, diario que informa de que en Francia, el Nuevo Partido Anticapitalista y el Frente de Izquierda "rechazan la Europa federal con el pretexto de que es demasiado liberal". Dicho esto, si la "nebulosa soberanista" es amplia- según las estimaciones, agruparía a casi 180 eurodiputados de un total de 736- tiene un carácter heterogéneo y el riesgo de seguir teniéndolo, después de las elecciones .¿Qué puntos comunes tienen, por ejemplo, en Polonia, Lech Walesa y la Liga de Familias Polacos, que hacen campaña bajo la bandera de Libertas? ¿O entre los antiguos "nonistas" del Partido Socialista francés y los movimientos escandinavos "de junio", que militan por la retirada de Dinamarca y Suecia de la Unión Europea? "Más allá de su rechazo a la UE o de su llamamiento para construir una nueva Europa, estos partidos son incapaces de construir un movimiento coherente y elaborar propuestas positivas", concluye el diario conservador. Pero, ¿por qué estos partidos tienen éxito? En Spiked, el sociólogo Frank Furedi explica que llamando la atención sobre la extrema derecha, la clase política europea no hace sino traicionar su déficit de "legitimidad popular". Incapaz de inspirar "la adhesión general" a un proyecto europeo "falto de contenido", siembra el pánico haciendo alusión de forma regular a una "inestabilidad económica comparable a la de los años 30" y a la "subida al poder del fascismo".
Exagerar la amenaza de grupos marginales, ampliar el sentido del término "extremista", incluir en el grupo de los euro escépticos a partidos que no son necesariamente anti-europeos, tiene como efecto ahogar el debate, asegura Furedi. Con toda seguridad, el hecho de insistir en esta "moralidad negativa" tendrá como efecto la creación de "una cierta unidad en torno a una elite europea desconectada", pero tiene como riesgo, ante todo, reforzar el cinismo del electorado con respecto a la vida política.