El 8 de junio, los británicos van a las urnas para las elecciones parlamentarias anticipadas convocadas por la primera ministra Theresa May, que pretende disponer de una mayoría fuerte con el fin de tener manos libres para negociar el Brexit.
Su gestión de la campaña electoral y de los ataques que la han empañado, así como su discurso poco convincente sobre cómo llevar a cabo las negociaciones con los Veintisiete ha erosionado sus posibilidades electorales en favor de la oposición laborista, la cual de acuerdo con las últimas encuestas ha estrechado la intención de voto hasta un pequeño margen.
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