Europa nunca ha carecido de movimientos de secesión e independencia, pero en los últimos años parecen haber tomado una particular fuerza, especialmente en algunos países. En los últimos días la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ha anunciado que desea llevar a cabo un nuevo referéndum sobre la secesión de Escocia del Reino Unido. También en los últimos días, el expresidente catalán Artur Mas ha sido condenado por la organización de un referéndum ilegal de independencia en 2014, no reconocida por el Gobierno central.
Hace un par de años, el estudio de arquitectura austro-holandés TD ha imaginado para Mark Magazine el aspecto que haría Europa si cada movimiento secesionista tuviera éxito. En este escenario, los Estados que no pueden sufrir cambios de límites contados con los dedos de una mano, mientras que todos los demás países se pueden dividir en dos o más partes, en la mayoría de casos a lo largo de líneas lingüísticas o regionales.
Los autores del mapa, Theo Deutinger, Filip Cieloch y Lucía de Usera, no especifican las fuentes utilizadas para identificar posibles líneas de falla de los Estados existentes: algunos movimientos de independencia son bien conocidos (como en el caso de Cataluña, Escocia y Flandes) , mientras que otras son menos visibles o incluso inexistentes. Entre todos los casos exhibidos en el mapa, hay en realidad pocos movimientos de independencia con posibilidades reales de éxito. Muchos movimientos son muy minoritarios, desorganizados, o más interesados en reclamar una especificidad cultural que no una verdadera secesión.
En algunos países las fuerzas secesionistas incluso han ido disminuyendo en los últimos años: en el caso italiano, por ejemplo, la Liga Norte ha dejado de hacer campaña para la secesión del norte de Italia, para centrarse en contraste en la inmigración y en la salida de la Unión Europea. En el caso de España el mapa resulta claramente abierto a la interpretación, incluyendo equivocadamente regiones en las que jamás se han producido movimiento secesionista alguno.
El mapa resulta en definitiva un ejercicio mental estimulante y no pretende dar una indicación realista sobre las futuras fronteras de Europa.