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Con un 51,4%, Alemania es el país europeo con la tasa más pequeña de propietarios, solo por encima de Austria. Para que Leipzig continúe siendo asequible para sus habitantes, la ciudad publicó en 2015 una directiva cuyo objetivo era fomentar los modos de vida alternativos. Así, puso en marcha la red Leipziger Freiheit, que agrupa un gran número de asociaciones y cooperativas que trabajan para lograr este objetivo.Veinticinco años después de la caída del Muro de Berlín y de la huida de muchos habitantes al Oeste, Leipzig, el antiguo centro industrial de la RDA, sigue teniendo muchos espacios vacíos o que necesitan rehabilitación. Los residentes han transformado estos lugares en house projects, una especie de casas colectivas donde se crean nuevas maneras de vivir, más baratas y basadas en la comunidad. A veces se trata de un propietario apoyado por la ciudad que alquila el bien a jóvenes sin dinero a cambio de pequeños trabajos. Otras, son cincuenta personas que compran un inmueble juntos y lo dividen en apartamentos. ¿Su objetivo? Retirar estos bienes del mercado inmobiliario y de la codicia de los especuladores y garantizar una vida barata a largo plazo en la ciudad. Leipzig cuenta con unos cincuenta house projects. Gracias a su creatividad, la ciudad se ha ganado el apodo de «el nuevo Berlín». Pero mientras que la capital alemana se gentrifica rápidamente, Leipzig espera seguir siendo durante mucho tiempo una tierra de libertad y de creatividad.
