Paridad de género en el mundo laboral
Ilustraciones de Bianca Dall'Osso.

Profesionales que «trascendieron» su género

En Francia, los hombres y las mujeres no ejercen las mismas profesiones: más del 90 % de las trabajadoras domésticas son mujeres; paralelamente, más del 90 % de los conductores de máquinas del sector de la construcción son hombres. Si bien existen mujeres que logran hacerse un lugar en los medios tradicionalmente masculinos, son pocos los hombres que ejercen en los empleos considerados «femeninos». Este artículo recibió el Prix Européen du Jeune Reporter («Premio Europeo al Periodista Joven») en 2021.

Publicado en 28 octubre 2021 a las 16:49
Ilustraciones de Bianca Dall'Osso.

«Cuando entras al comedor de los obreros, podrás apreciar que los muros están cubiertos de calendarios con mujeres desnudas», describe Alice*, joven carpintera francesa. «Sentí que entraba en un mundo en el que había un lugar para mí, pero a medias. No lo hacían para intimidarme. Los calendarios estaban ahí desde antes, pero no los iban a sacar solamente por mí». Antes de ser carpintera, Alice era ingeniera civil. Se trata de un mundo que es, también, mayoritariamente masculino: solo hay un 30 % de mujeres en promedio. En su empresa, ella es la única artesana mujer.

En la época de las cuotas de género obligatorias para las empresas, la segregación sexual continúa estando presente en el mundo laboral europeo. Existen, en efecto, muchos oficios mayoritariamente masculinos o femeninos, en los que más del 50% de los profesionales son del mismo género.  

Profesiones impuestas socialmente

Nacer con cromosomas XX o XY no determina a nadie a ser enfermera o mecánico. Sin embargo, existe una sobrerrepresentación de mujeres en los sectores educativos, asistencial y sanitario. Las cualidades de atención y preocupación por los otros, que están efectivamente presentes en estos sectores, remiten a una suerte de extensión «natural» de lo que hacen las mujeres en el hogar.

En contraposición, los trabajos ejercidos exclusivamente por hombres suelen demandar cualidades asociadas a la masculinidad, al hecho de ser «un verdadero hombre»: virilidad, fuerza física, liderazgo. Son cualidades que hallamos entre los mecánicos de maquinaria agrícola e industrial, los obreros de la construcción y los directores generales de empresa. 


Desde que trabajo por mi cuenta, lo hago casi únicamente con mujeres [...] Antes, no pensaba que trabajar únicamente con mujeres, o elegir cuándo trabajar también con hombres, fuese una solución. Pero me di cuenta de que la igualdad no pasa por la ausencia de las diferencias, sino por la aceptación de que existen. Hay que tomar en cuenta estas diferencias para generar un entorno de trabajo cómodo para todos».

Fanny Colin, carpintera

Cet article est publié en partenariat avec Reporters d’espoirs

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