Detalle de un anuncio del fabricante de aluminio Bohn, 1947.

Más trenes, menos emisiones

En la actualidad, los trenes son una alternativa razonable a más de la mitad de los vuelos de corta distancia en Europa. La adopción de nuevas mejoras e incentivos disminuiría, probablemente, las emisiones de CO2 vinculadas con el transporte.

Publicado en 2 noviembre 2021 a las 13:27
Detalle de un anuncio del fabricante de aluminio Bohn, 1947.

Existe un modo sencillo en el que los europeos pueden reducir su huella de carbono: elegir el tren en lugar del avión para viajar por Europa. La red ferroviaria europea es extensa y, en muchos países, relativamente rápida. Se trata de una alternativa razonable a más de la mitad de los trayectos aéreos de corta distancia.
Según un estudio que hemos realizado para Greenpeace, para el 34 % de las 150 rutas aéreas más populares de la Unión Europea (excluyendo las islas, inaccesibles en tren), existe una alternativa ferroviaria que demora menos de seis horas.

En cuanto a los trayectos que demoran más de seis horas, en más de un 25 % de los casos existen trenes nocturnos directos o que toman menos de doce horas. Si incluimos los países europeos que no forman parte de la UE, nos encontraremos con porcentajes similares para los 250 trayectos más populares del continente, al menos sobre el papel.

En amarillo, las rutas que se pueden recorrer en tren en menos de 6 horas
En azul, las rutas con trenes nocturnos que pueden cubrirse en menos de 12 horas
En amarillo y azul, las rutas en las que están disponibles ambas opciones

Si se comenzase a utilizar masivamente el tren en lugar del avión en los trayectos en los que es posible, habría 54 millones menos de pasajeros aéreos por año, lo que implica una reducción en las emisiones de CO2 de 3,5 millones de toneladas.

Si analizamos la duración, el itinerario y la distancia de las alternativas ferroviarias a los vuelos más populares, las opciones son remarcablemente buenas. En el 84 % de los casos, hemos encontrado una alternativa en tren para el mismo día, incluso para trayectos de larga distancia, como Amsterdam-Madrid, Roma-Bruselas o París-Varsovia. En el 82 % de los casos, existen trenes directos entre la ciudad de origen y la ciudad de destino o no es necesario hacer más de uno o dos cambios.

Evidentemente, en ocasiones, el tren no es una alternativa razonable, a menos que consideremos tomar un transbordador durante nuestro viaje. Es lo que ocurre no solo entre las islas europeas, sino también entre diferentes ciudades separadas por el mar, como Roma y Atenas, o Helsinki y Estocolmo. 

La necesidad de mejoras sustanciales

A pesar de que en muchos casos los trenes son, al menos en teoría, competitivos con los aviones, las conexiones ferroviarias en Europa…

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