Ideas Invasión de Ucrania

Los rusos somos huérfanos de la historia

Mientras Putin libra guerras, a los rusos parece no importarles. ¿De dónde viene esta indiferencia? La respuesta tiene que ver con la necesidad de sobrevivir, en tiempos soviéticos y después, afirma el autor ruso Serguéi Lebedev.

Publicado en 2 marzo 2022 a las 12:54

Según una tesis que se ha convertido en dogma religioso para la oposición rusa liberal, existen dos Rusias: la primera, la Rusia oficial, Rusia el Estado, una especie de quimera; la segunda es la Rusia real y arraigada que vive en secreto y que no comparte en absoluto las inclinaciones autoritarias del régimen de Putin. 

El nombre del partido de oposición —Drugaja Rossija (La Otra Rusia)— alude a esta idea, como también lo hace el popular eslogan de protesta “Wy nas dashe ne predstawljaete”, cuyo doble significado ("No nos conocéis en absoluto/No nos representáis en absoluto") también hace referencia al fraude en las elecciones a la Duma Estatal

Un castillo de naipes 

La tesis sobre las dos Rusias radica en el colapso de la URSS en 1991. Un gigante pasó, en cuestión de momentos, de ser sólido y seguro a desplomarse como si estuviese hecho de papel maché. El pueblo que surgió de los escombros era muy diferente; era uno que no estaba ni de lejos tan comprometido con "la causa del Partido y el gobierno" como los medios de comunicación soviéticos lo habían retratado en el pasado. El ejército se negó a abrir fuego contra su propio pueblo, la potente KGB estaba paralizada y el todopoderoso Partido Comunista de la Unión Soviética se derrumbó como un castillo de naipes. Fue lo nunca visto: solo quedó aceptar los hechos y dar la bienvenida a una nueva era histórica. 

La mayoría de los intelectuales rusos se vieron representados por la imagen de una revolución pacífica, casi sin derramamiento de sangre ni violencia, el resultado natural de las fuerzas históricas. Paradójicamente, justificó su comportamiento en los últimos tiempos de la era soviética: adaptación en lugar de resistencia al poder estatal, desencanto político, supervivencia, colaboración. 


Lo que se suele olvidar es lo rápido que se regeneraron las estructuras autoritarias y las prácticas de dominación tras 1991


De hecho, no surgió ningún movimiento de resistencia comparable al Solidarność de Polonia o a los movimientos clandestinos antisoviéticos de Ucrania o Lituania. No se elaboró un programa político alternativo, pero la libertad se logró igualmente. No sucedió porque se consiguió destruir el sistema, sino porque este colapsó bajo su propio peso.

A grandes rasgos, así es como la oposición rusa concibe el momento de transición de la Rusia bajo el mando de Putin a la Rusia tras Putin. Si preguntamos por qué la sociedad rusa apenas se sorprende por el fraude electoral, los crímenes económicos o la anexión ilegal de Crimea, la respuesta que obtenemos es la siguiente: la gente está desanimada. Pero en el momento en que se produzca el deshielo… Partiendo de la experiencia histórica, suponemos que la "mayoría a favor de Putin" es una ilusión óptica. Y que, si el gobierno actual ruso cae, se repetirá la situación de 1991: el pueblo dará la espalda a su identidad anterior, y las antiguas estructuras políticas colapsarán. 

Lo que se suele olvidar es lo rápido que se regeneraron las estructuras autoritarias y las p…

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema