Los participantes en la reunión del G20 en San Petersburgo, el pasado 5 de septiembre, recibieron un “regalo envenenado”, informa La Stampa: un caja con dispositivos USB que escondían mecanismos de espionaje diseñados para recoger datos de ordenadores y de teléfonos inteligentes.
La alerta surgió después de que el presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, solicitara a los servicios de seguridad alemanes el análisis de estos regalos. La investigación está en marcha y todavía no está claro si todos los participantes fueron víctimas de dicho espionaje.
La Stampa indica que el hecho tuvo lugar en el momento más álgido de la tensión entre los Estados Unidos y Rusia sobre la crisis siria, y después de la huida del exagente de la NSA Edward Snowden a Moscú. El diario añade que el escándalo de los regalos “marca el retorno oficial del conflicto entre los servicios secretos mundiales.”