Desde el comienzo de la crisis financiera y de la quiebra, hace ya algunos años, de un banco de tamaño relativamente modesto llamado Lehman Brothers, los políticos del mundo entero tienen miedo. Miedo ante un enemigo que no conocen y del que no controlan las reglas del juego. Desde el inicio de la crisis financiera, la política ha tratado de comprender las reglas de los bancos, de los hedge funds, de las bolsas, de los especuladores. Y no sólo eso, sino que también intentan vencerlos, a pesar de jugar fuera de casa.
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Opinión
Un pacto con el diablo
Al reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, “Europa va a firmar un pacto con el diablo" -es decir, con las instituciones financieras- “que va más allá de la ley”, escribe el analista financiero eslovaco Valér Demjan para Hospodárske noviny. “El momento para una solución racional (el colapso de Grecia en 2010) ya ha pasado a la historia, y con los enfoques antisistémicos de Bruselas el crac será aún peor”.
El FEEF, que es una solución para ganar tiempo y apaciguar a los mercados, no conseguirá estabilizar la situación. Tampoco lo logrará el Mecanismo Europeo de Estabilidad, que probablemente se establezca el próximo año en lugar de en 2013. Los mercados no están satisfechos con las garantías y quieren contar con más recursos reales, representados por una ampliación del FEEF.
El analista considera que es hora de realizar "reformas estructurales agresivas", por ejemplo, hacer que países que no estén a la altura abandonen la zona euro o que algunos bancos se declaren en bancarrota. Demjan también critica la actitud de algunos bancos centrales, "que deben dejar de emitir dinero sin límites... La historia facilita muchos ejemplos que demuestran que emitir dinero nunca ha ayudado a solucionar los problemas de deuda". Si, además, "las agencias de calificación rebajan la nota de Francia, Alemania se mostrará reacia a ser el acreedor único de todo el sistema de rescate", concluye.