Enfrentamiento entre un inmigrante y un policía ante el Parlamento griego

Los inmigrantes musulmanes expresan su descontento

Un ambiente de pánico se extiende entre las fuerzas del orden después de los disturbios protagonizados con los inmigrantes musulmanes, como resultado de la manifestación contra «el racismo y la islamofobia» que tuvo lugar el 22 de mayo.

Publicado en 29 mayo 2009 a las 15:16
Enfrentamiento entre un inmigrante y un policía ante el Parlamento griego

Los policías están en alerta en todo el país ante el temor de nuevos disturbios sociales, como los que estallaron en Grecia en diciembre 2008 y en los ghettos de París en 2005. Los expertos señalan que los inmigrantes musulmanes no pueden contener más su cólera frente a lo que ellos llaman «el racismo de la policía». Las manifestaciones (antirracistas) se multiplican en la capital y los grupúsculos extremistas aprovechan esta situación sensible para intensificar sus «provocaciones«. Esto mismo es lo que sucedió el pasado 23 de mayo en el incendio provocado en el sótano de un edificio del centro de Atenas que servía como sitio de culto. Ningún grupo reivindicó el hecho, pero un grupo extremista de derecha rondaba los alrededores del edificio minutos antes del inicio del fuego.

Durante las manifestaciones, los inmigrantes han clamado «Alá, Alá» y han denunciado los métodos de la policía. Protestaban contra el gesto de un policía que había arrancado y pisoteado un Corán durante un control de documentación. Una investigación está en curso, pero en este asunto hay muy pocos testigos imparciales.Ante la proximidad de las concentraciones convocadas para este fin de semana, el Ministerio del Interior, después de incontables reuniones del gabinete de crisis, ha solicitado a los policías mantenerse en estado de alerta en todo el país, ya que los musulmanes no viven solamente en Atenas; desde hace muchos siglos, los musulmanes de minorías turcas, pomacos (musulmanes de origen eslavo) o gitanos cohabitan con griegos ortodoxos en el norte del país, en Tracia.

Las relaciones son más tensas y violentas en Atenas, en cualquier caso. Hace pocos días un musulmán intentó disparar a una comisaría en un barrio periférico de Atenas. A pesar de que el atacante fue detenido a tiempo y encarcelado, el incidente fue el detonante principal de una serie de controles de identidad de inmigrantes desde aquella misma tarde. Vestidos de paisano o en uniforme, los policías registraban los maleteros de los coches sospechosos. El hecho es que a día de hoy, la policía griega no cuenta con ningún musulmán en sus filas. Sin embargo, desde hace algunos meses los servicios del Ministerio (del Interior) han creado grupos de consulta para poner en marcha un sistema de reclutamiento de musulmanes con el objetivo de mejorar las actuaciones en caso de necesidad.

El principal escollo proviene de la falta de colaboración entre el Estado griego y la comunidad musulmana, que reprocha a las autoridades que no cumplen sus promesas. Treinta años después de haberse presentado la primera solicitud de construcción de un lugar de culto en Atenas, la mezquita continúa siendo un sueño imposible para los musulmanes de la capital. Desde hace algunos años, con la llegada de numerosos inmigrantes clandestinos, el número de musulmanes no ha dejado de aumentar. Son ya cerca de 700.000 y para rezar se congregan en sitios insalubres, contándose ya más de 100 sitios de oración ilegales en la capital. Se trata en general de garajes y sótanos situados entre la Plaza de la Concordia y los barrios marginales que se extienden hasta el Puerto de Pireo. Pero estos sitios no son mezquitas propiamente dichas y sin embargo, el proyecto de construir en Atenas un centro decente de culto musulmán no es reciente.

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En 1978, el entonces Rey Khalid de Arabia Saudita, recibió la garantía del Primer Ministro del momento, Constantin Caramanlis, en el sentido de que una mezquita sería construida en la periferia norte de Atenas. En el año 2000, ante la perspectiva de los Juegos Olímpicos y la consecuente llegada de atletas musulmanes cuatro años más tarde, fue necesario plantearse la construcción de un centro de culto y de una mezquita en Peania, cerca del aeropuerto de Atenas. El proyecto quedó en papel mojado puesto que la Iglesia, cuyos poderes no están separados del Estado, se opuso frontalmente. La misma situación se repitió en 2006. Entonces, el barrio de Eleona, cerca del centro de Atenas, fue escogido para la construcción de la mezquita y finalmente nada sucedió. Idéntica situación en cuanto al emplazamiento del cementerio musulmán. Como resultado, los miembros de la comunidad musulmana gastan miles de euros para enterrar a sus difuntos en Tracia o en sus países de origen. Muchos analistas extranjeros reprochan a Grecia, país de cristianos ortodoxos, que no protege como es debido a los miembros de la comunidad musulmana. Es importante darse cuenta que el asunto de los inmigrantes musulmanes es más profundo y va más allá de simples -aunque violentos- enfrentamientos con la policía.

INMIGRACIÓN

Los musulmanes, víctimas de discriminación en Europa

Un estudio llevado a cabo por la Agencia Europea de Derechos Fundamentales de la UE (FRA), muestra que una mayoría de musulmanes residentes en los países de la Unión Europea son regularmente objeto de discriminación. Según el diario La Vanguardia, "un inmigrante de cada tres ha sido víctima de discriminación, y uno de cada diez de agresión racista". Su credo religioso supone un freno cuando se trata de buscar un empleo o un alojamiento. Y la situación ha empeorado a causa de los conflictos políticos durante los últimos años. Los musulmanes tampoco confían en las autoridades para denunciar las situaciones injustas. " Abrumados y desconcertados, ocho de cada diez renuncian a pedir ayuda", afirma el diario.

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