El semanario de izquierda 168 óra pide abiertamente"la dimisión pacífica de Orbán mientras pueda hacerlo" para "evitar la catástrofe económica", pero su homólogo Heti Világgazdaság considera que es el principio del fin de la República de Hungría. Con la entrada en vigor el pasado 1 de enero de la nueva Constitución patrocinada por el primer ministro Víctor Orbán, ahora se trata únicamente de “Hungría”. El semanario publica también una carta que ha recibido de la oficina de la comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding. Con actitud conciliadora, Reding señala al semanario que la Comisión podría abrir contra Hungría "un procedimiento de infracción por no respetar el derecho comunitario". Seguidamente precisa que
La Comisión puede utilizar todos los instrumentos disponibles para garantizar los derechos fundamentales y los valores europeos en Hungría. En principio, no entramos a valorar la Constitución de un Estado miembro, pero las leyes de todos los países [miembros] deben respetar la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. La Comisión va a utilizar todos los medios a su alcance para que los valores de la Carta se apliquen en Hungría.
Las críticas comienzan a poner en dificultades también a la prensa próxima al Gobierno. Así, el diario conservador Magyar Nemzet indica que el Gobierno está ahora bajo "el fuego cruzado" de los socios y las instituciones europeas, pero también de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional:
No se trata ya de una broma, ni de un simple complot internacional. No tenemos tiempo para “enfurruñarnos”. Aunque las críticas de los políticos y de los medios de comunicación europeos sean a veces injustas, y a veces simplemente ridículas, no tenemos elección. No tiene ya sentido evocar los resultados obtenidos hasta ahora por el Gobierno, porque la situación es mucho más grave. No podemos evitar hacer una profunda autocrítica porque hay que salir lo más rápido posible de este fuego cruzado.
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La gravedad de la situación es tal que la actitud de Budapest frente a las críticas europeas parece haber cambiado, subraya HVG, para el que "el Gobierno está dispuesto a negociar con el FMI y la Comisión Europea sin condiciones". El tiempo apremia pues la crisis financiera que afecta a Hungría se está extendiendo a los países vecinos. Así, România libera apunta que "el chantaje de Viktor Orbán" en el caso de que Hungría llegue a la quiebra es que "la onda de choque va a repercutir en toda Europa" -"amenaza con desestabilizar Europa del Este". En Praga, por ejemplo, el Hospodářské noviny explica que la corona checa ha perdido un 8% en relación al euro en el último año, pues ha sido "arrastrada por el florín" húngaro.