Siempre nos quedará el strudel

Tras la caída del comunismo, Praga, Varsovia, Budapest y luego Bratislava se unieron en el llamado Grupo de Visegrado. El objetivo era recrear el espíritu que les unía en la Edad Media para integrarse a Occidente y tener peso político. Pero ahora, cada vez más, parece que cada uno sigue su propio camino.

Publicado en 4 abril 2012 a las 09:09

Al reflexionar sobre qué es lo que puede unir hoy a República Checa, Polonia, Eslovaquia y Hungría, me ha venido a la cabeza una idea, un tanto exagerada: unas capas de hojaldre perfumado, relleno de manzanas, canela y uvas pasas. Es uno de los secretos de las abuelas de Praga, de Bratislava, de Cracovia y de Pest.

Hoy son pocas las personas que saben situar en un mapa el lugar exacto [Visegrado, en Hungría] en el que se reunieron en 1335, los reyes de Polonia, Bohemia y Hungría. Hace 21 años, el GrupodeVisegrado[que reunía a Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia] se creó con gran boato.

Difícil encontrar un denominador común

Sus Estados miembros compartían un pasado, una orientación pro-Europa Occidental y aspiraban a lograr un sentimiento de seguridad garantizado por la pertenencia a la OTAN.

Si bien los cuatro países se unieron a las estructuras occidentales, con el tiempo parece cada vez más difícil encontrar un denominador común entre ellos.

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Muchas empresas internacionales ya no diferencian entre el Oeste y el Este de Europa. De este modo, a veces Praga se encuentra sometida a Londres o Estambul asume el control de Budapest. Los bancos han instalado sus sedes regionales en Viena.

Polonia pretende igualar políticamente a Francia en términos de tamaño e importancia. En nuestro país [en República Checa], miramos de reojo más bien más allá del Canal de la Mancha.

En cuanto al sueño [eslovaco] de ser una "nueva Suiza", se desvanece, entre otros motivos porque en los bosques profundos de los Alpes no se corre el riesgo de caer en las garras de un Gorila [escándalo político reciente y de gran magnitud].

Las dificultades por las que pasa actualmente la economía húngara no fomentan el optimismo entre los inversores en lo que respecta a los mercados financieros de los países vecinos.

Los niños checos ya no comprenden el eslovaco

La identidad centro-europea se diluye cada vez más en el famoso crisol de la cultura globalizada. Los nostálgicos del pasado, de un tiempo en el que el alemán constituía la lengua franca regional, constatan hoy, en las estaciones de esquí austriacas, que húngaros y eslovacos piden "two small beers". Ahora, los niños checos ya no comprenden el eslovaco, puesto que este idioma ha desaparecido de los medios de comunicación [checos]. Y ustedes [los lectores checos], ¿cuándo han ido a ver la última película polaca o húngara que se ha estrenado en la gran pantalla?

La reunión de los tres reyes en Visegrado, en 1335, tenía como principal objetivo crear una coalición anti-Habsburgo. El Grupo de Visegrado actual euroamericano no tiene ningún enemigo común. Si acabara desapareciendo discretamente, nadie se daría cuenta. Sólo nos queda esperar que el strudel, al menos, logre sobrevivir a las vicisitudes del tiempo.

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