Retrato de la familia Pautet

El ascensor social, fuera de servicio

Según un estudio reciente de la OCDE, Italia es junto a Reino Unido el país en el que los ingresos de los padres y su nivel de estudios tienen más influencia en los de los hijos. La organización estima que la ausencia de movilidad perjudica al crecimiento.

Publicado en 16 marzo 2010 a las 15:19
Retrato de la familia Pautet

En una sociedad inmóvil, fosilizada y cuyas jerarquías sociales y económicas son inflexibles, el mérito individual tiene poca influencia y las posibilidades de escalar los peldaños sociales son mínimas. Esta situación, que no constituye ninguna novedad, la confirma la OCDE en un estudio que se publicará en breve ("A Family Affair"), sobre la movilidad social entre generaciones en los países más ricos del mundo.

¿Qué peso tiene el sueldo de papá? En Italia, casi el 50%. Según las estadísticas de la OCDE, esta cifra demuestra en Italia que los ingresos de los hijos reflejan el de los padres. Por lo general, la mitad de las ventajas salariales que posee un padre que gana mucho dinero con respecto a otro padre que gana poco se tramite automáticamente a su propio hijo, sin que se valore el talento y las experiencias personales. El porcentaje es algo más elevado en Gran Bretaña y algo menos en Francia y Estados Unidos. En Dinamarca, Australia y Noruega, esta transmisión de alguna forma hereditaria no llega al 20%.

Enorme gasto de recursos humanos

La consecuencia de esta situación es una diferencia en los ingresos en función de las familias de origen. Por ejemplo, el hecho de tener un padre con un título universitario es en cierto modo una garantía. En Italia, donde se registra una diferencia notable con respecto a Francia y Reino Unido, el hijo de un ingeniero tiene casi un 60% más de posibilidades de obtener una titulación como su padre, en comparación con el hijo de un obrero y más de un 30% de posibilidades con respecto al hijo de un contable. Por otro lado, si en una familia se obtiene un título universitario, es porque el contexto cultural y social es más favorable. Así pues, el hijo de un titulado universitario italiano, tanto si logra o no un título, ganará una media de un 50% más que el hijo de una persona que sólo posee estudios medios. La situación para los hijos cuyos padres dejaron pronto el colegio es aún más difícil para los portugueses y los británicos. En Francia, esta “dote” escolar es del 20%. En Austria y Dinamarca, no llega al 10%.

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En opinión de la OCDE, una sociedad en la que todas las personas sean “hijos de papá”, tanto en sentido positivo como negativo, plantea ante todo un problema económico, ya que se trata de un enorme derroche de recursos. "En primer lugar”, explica el estudio, “las sociedades con menos movilidad tienden más a derrochar o a utilizar de forma inadecuada los talentos y las competencias. En segundo lugar, la falta de igualdad de oportunidades puede influir en la motivación, los esfuerzos y en última instancia en la productividad de sus miembros, con efectos negativos en la eficacia global y en el potencial de crecimiento económico”. Como conclusión, la OCDE demuestra que cuanto más elevadas sean las desigualdades en un país, éste será más inmóvil. E Italia es uno de los países occidentales cuyo índice de desigualdad se encuentra entre los más elevados.

Las ganancias del padre no influyen en el rendimiento del hijo

Según la clasificación de la OCDE, Italia (al contrario que Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña, por ejemplo), es además uno de los países donde el contexto familiar tiene menor influencia en los resultados escolares: en matemáticas, el hijo de un ingeniero no obtiene mejores notas que el hijo de un obrero. Sólo los canadienses, los coreanos y algunos países nórdicos son más neutrales que los italianos en este aspecto. Sin duda esto se debe a que el sistema escolar público es suficientemente homogéneo y socialmente integrado. Esta situación beneficia a todo el mundo: según el estudio de la OCDE, el aumento de la diversidad social en los colegios e institutos puede mejorar los resultados de los alumnos desfavorecidos, sin acarrear efectos negativos en los resultados globales de los centros.

Por último, según la OCDE, la mayoría de los avances en la carrera profesional en Italia dependen más de la antigüedad y de la experiencia que de los niveles de competencia y de formación. Por consiguiente, en Italia la movilidad intergeneracional es poco habitual, al igual que ocurre con la movilidad intrageneracional.

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