"Mientras España capotaba con la crisis, Marruecos creció en 2009 a un ritmo del 5%", señala Xavier Vidal-Folch en un artículo en El País sobre los "inesperados empergentes" de la ribera sur del Mediterráneo. Este crecimiento apunta el fin de una "triste tradición" que implicaba el empeoramiento del Sur para que el Norte mejorase: "la divergencia, en vez de la necesaria convergencia". Sin embargo, a la luz de estos datos los países emergentes no son sólo Brasil, India o China sino "algunos olvidados o despreciados vecinos mediterráneos".
La Unión Europea, no ajena a este alentador escenario económico , trata de otorgar "una plataforma geopolítica" con iniciativas como la reciente Cumbre UE-Marruecos celebrada en Granada o la Unión por el Mediterráneo, que acaba de inaugurar sede en Barcelona. Si bien estos dos acontecimientos "apenas han recibido honores", el nuevo estatus de los países del Magreb abre la oportunidad para "juntos, hacer negocios".