Los analistas más críticos con el proceder de Alemania en Europa explican que en el inicio de las crisis siempre se muestra inflexible, se muestra dispuesta a ceder y cambiar de opinión a media partida y acaba manteniéndose firme, instalada en su posición inicial y descartando modificarla en el momento decisivo y final.
¿Qué ocurrirá ahora en esta fase de duda existencial del euro? Durante unos pocos días ha parecido que Angela Merkel, la canciller, y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, aceptaban la proposición de los países del sur como España e Italia, secundados por Francia, socio tradicional de Berlín pero temeroso ya de ser arrinconado por él, consistente en que el Banco Central Europeo (BCE) junto con los Fondos europeos de rescate acudan en ayuda de su condenada deuda pública.
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Opinión
Salvar al euro sin asustar a los alemanes
“El mundo entero tiene miedo de que la solución de la crisis pase por aceptar las ideas ordoliberales de los alemanes, especialmente la que prohíbe a un banco central comprar títulos de deuda”, constata el Frankfurter Rundschau en un editorial en el que defiende la intervención del Banco Central Europeo (BCE) para salvar al euro. El diario de centro-izquierda refuta los argumentos en contra de dicha opción, empezando por el de la prohibición que pesa sobre el BCE para que no financie indirectamente a los Estados.
El mandato del BCE estipula que debe garantizar la estabilidad de los precios. Por tanto, más que la inflación […] el problema reside sobre todo en las tendencias deflacionistas, que actualmente hacen bajar los precios. La compra de títulos de deuda para estabilizar la economía queda por tanto totalmente justificada dentro de su mandato.
El diario también considera que hace falta replantearse la capacidad de los mercados a la hora de determinar los tipos de interés a los que un país puede endeudarse, puesto que en los últimos años los inversores se han equivocado de pleno al no haber intuido la crisis que se avecinaba.
¿No resulta más inteligente dejar que los banqueros centrales determinen el tipo de interés en lugar de hacer que tanto la prosperidad como el empleo dependan del estado de ánimo de los especuladores?
En definitiva, si el BCE actúa razonablemente, corre un bajo riesgo de acumular deuda soberana de los Estados miembros, según defiende el Rundschau:
El BCE únicamente tiene que definir de manera creíble el tipo de interés a partir del cual comprará ilimitadamente todos los títulos de deuda a largo plazo, pongamos el 5 %. [...] ¿Apostamos algo a que no tendrá que desembolsar ni un céntimo?
La única pega es que las compras de deuda que realice el BCE no responden a criterios democráticos. El diario propone que sea el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) el que actúe, en lugar del BCE, pero con dinero de éste último, dado que se encuentra bajo la tutela de los ministros de Finanzas...