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Sobre Gordon Brown
"Aún siendo un primer ministro atroz, Gordon Brown no es un rival desdeñable". Aunque aún lejos de ella, es el mayor político que hemos conocido desde Margaret Thatcher- un hombre que hubiera llamado la atención en cualquier época en ésta es un titán. El hecho de que su papel sea el de Prometeo, con su hígado devorado diariamente, subraya sus extraordinario talento tanto para provocar sádicos ataques como para una regeneración pasmosa. Pronto, Gordon, la tormenta habrá pasado. Matthew Norman en The Independent.
Sobre Nick Clegg
"Clegg gana votos al parecer completamente sincero. Aquí de nuevo, emerge una jerarquía. Brown lucha por comunicarse en un inglés sencillo y humano; a Cameron se le da mejor, usando con maestría frases sencillas y fluidas, pero deja dudas sobre si sus palabras son las de un ingenioso vendedor. Clegg habla tan fluidamente como Cameron, si bien sus oraciones son más coloquiales y fáciles de entender. Sin embargo, tiene una ventaja sobre su rival conservador: no genera ninguna duda sobre su sinceridad. Se le supone completamente genuino. Cómo el actor secundario se convirtió en estrella del espectáculo. Jonathan Freedland en The Guardian
Sobre por qué los británicos deberían votar a los conservadores
"El nuevo laborismo también será recordado por corromper el proceso democrático, politizar el servicio civil, convertir a los jueces en legisladores a través del Acta de Derechos Humanos, castrar la Cámara de los Comunes y destruir el sistema privado de pensiones que antaño fue la envidia del planeta. Ha presidido un sistema de bienestar al que ha vaciado de incentivos de trabajo, ha participado en una serie de sangrientas y controvertidas guerras, nos ha engañado a todos respecto al referéndum del Tratado de Lisboa y ha alentado a una inmigración masiva sin precedentes. Vota decisivamente para evitar que Gran Bretaña ande a ciegas hacia el desastre. Editorial en The Daily Mail.
Sobre el Partido Conservador
"No tengo fobia a los Tories. Esto sugeriría una respuesta irracional. Les odio por una razón. De hecho, por muchos motivos. Por la huelga de mineros, por el apartheid, por vender ayuntamientos, llenar los bolsillos de los ricos y aplastar a los pobres- para mencionar unas pocas... Mientras era joven, Cameron asistió a la carnicería del cierre de las minas, miró al gobierno de Margaret Thatcher y pensó: son mi gente". Odio a los Tories. Gary Young en The Guardian.
Sobre la carrera electoral
"Francamente, nunca pensé que vería el día que el Partido Conservador local eligiría a un hombre de negocios sij nacido en Birmimgham como candidato, e incluso pensé que lucharía contra la idea de un conservador asiático- que parece tan poco probable como un conejo que maulla-. Si el hijo del inmigrante es elegido como diputado conservador en esta circunscripción, que fue conservadora desde su inicio en 1950 hasta que Tony Blair se convirtió en primer ministro, será un motivador signo de que la política en Wolverhampton, la primera ciudad británica que conoció la inmigración masiva, ha sido finalmente "desracializada"- Soy del Partido Laborista, pero....Sathnam Sanghra en The Times.
Sobre el asunto del que nadie habla
“Es una época grave para el país, más de lo que la mayoría parece darse cuenta. Es una pena que el insulto patético de Gordon Brown y para él, mortal, hacia una mujer que habló por Inglaterra la semana pasada distrajera la atención de lo que de otro modo se habría convertido en el asunto más destacado de las elecciones: el informe del Instituto de Estudios Fiscales sobre el fracaso de cualquiera de los principales partidos al tratar el modo con el que abordarían el déficit. Se ha permitido que los partidos permanezcan en un universo paralelo al de la economía real y al de los mercados internacionales reales, porque el electorado parece contentarse con que hablen de "valores", de "la gran sociedad" y de "justicia" como si se tratara de una especie de simulacro de debate político. Pero la realidad hará acto de presencia muy pronto, para ser más precisos, el viernes”. Voten con cautela y prepárense para lo peor. Simon Heffer en The Daily Telegraph.
