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"Histórica": así es como califica de forma unánime la prensa flamenca la victoria del N-VA del nacionalista Bart De Wever, que en diez años ha sabido transformar su movimiento en una parte ineludible de la política belga, con 27 escaños (de 150) en la nueva Cámara Baja del Parlamento. En lo que respecta a la parte francófona, el PS se ha alzado como vencedor, con 26 escaños. Los socialistas se convierten en el principal grupo político del país con 39 escaños y por lo tanto están en posición de reclamar el puesto de primer ministro. Toda una primicia desde 1974."Bélgica se compone de dos países" titula La Libre Belgique, por un lado con "De Wever, victorioso en Flandes" y por otro, con "Di Rupo, futuro primer ministro".Le Soir también divide su portada en dos, una parte con De Wever y otra con Di Rupo: "dos hombres y un Estado".
Por su parte, la prensa flamenca celebra la victoria del líder del NV-A. Así, según De Morgen, Bart De Wever ha "logrado volver a situar al nacionalismo flamenco en el seno de la democracia y de superar a [el partido xenófobo de] Vlaams Belang. Simplemente por esta hazaña ya merece respeto". En opinión del diario flamenco, De Wever se encuentra ante una "enorme responsabilidad y una elección difícil: por un lado, o bien intenta cumplir sus promesas, buscar una mayoría parlamentaria para hacer posible una gran reforma del Estado y la escisión de BHV [el distrito bilingüe de Bruselas-Hal-Vilvorde, el principal escollo de las tensiones entre francófonos y flamencos], o por otro lado, elige la estrategia del empeoramiento y seguir dándole vueltas durante algunas semanas para luego lamentarse de que realmente es imposible llegar a nada con los francófonos y tranquilamente bloquear todo al ser la parte mayoritaria del gobierno flamenco". La pregunta para la que nadie tiene respuesta ahora mismo es la siguiente: ¿qué quiere Bart De Wever?".
Lo que sí es cierto,expone a este respecto De Standaard, es que "una gran parte de los flamencos desean una reforma profunda del Estado y han dejado de creer en las frágiles estructuras de la Bélgica" actual. El diario hace un llamamiento a la cooperación entre los dos grandes vencedores, de la que dependerá el futuro del país: "no hay alternativa al matrimonio de conveniencia entre Elio Di Rupo y Bart De Wever. O quizás sí: la posibilidad de que Flandes, Bruselas y Valonia se hundan aún más en el fango". A la presión de los electores flamencos, hay que añadir la que ejerce la situación económica, recuerda Het Nieuwsblad, según el cual "sigue habiendo crisis. Europa sigue presionando para que se ponga orden en las finanzas del Estado".
"Los flamencos que han votado a Bart De Wever y han permitido su coronación, no le han encomendado que divida el país en dos, al menos no de inmediato, ni decretar la independencia flamenca ahora mismo. Sobre todo alzan la voz fuerte y clara ante los francófonos y los partidos flamencos tradicionales para que reformen el país y aumenten el regionalismo", afirma por su parte Le Soir. El diario bruselense ve en las elecciones del 13 de junio una "gran oportunidad", para salir del bloqueo político actual, "ya que los dos auténticos poseedores del poder en cada una de las dos comunidades se encuentran a pleno rendimiento. Es el choque de dos potencias que encarnan hasta la caricatura la esencia misma de su comunidad y que son legítimas tras los resultados de las elecciones. Son partidos con intenciones y posiciones ideológicas absolutamente opuestas, pero que también están en la posición política idónea para llegar a un verdadero pacto. ¿Tendrán el valor de hacerlo?", se pregunta Le Soir, "porque De Wever deberá aceptar una lógica que al final servirá para salvar a Bélgica: la de Di Rupo, que consiste en empezar a desmantelarla. Estos dos hombres tienen el destino de Bélgica en sus manos". ¿Serán capaces de concluir las reformas institucionales que todo el mundo coincide en que son indispensables para desbloquear la situación?
"La cuestión está en saber si Bart De Wever es realmente capaz de entablar un proceso de negociación con los francófonos", destaca La Libre Belgique. "¿Será capaz, llegado el momento, de realizar los compromisos necesarios para conseguir un consenso general?" En lo que respecta al líder socialista, concluye La Libre, "Elio Di Rupo por su parte también ha realizado comentarios muy comedidos", al estimar que "debe escucharse" el deseo de que Bélgica evolucione expresado por "una gran parte de la población flamenca". "Con cerca del 50% del electorado flamenco que se declara abiertamente separatista, es evidente que la situación ha cambiado profundamente", afirma el diario L’Echo, para el que "la búsqueda de una nueva coalición gubernamental será ardua. Las negociaciones podrían durar meses, mientras que Bélgica asume en julio la presidencia de turno de la UE y debe afrontar una crisis económica", se preocupa el diario económico.
