Siria y la insostenible debilidad de Europa

La impotencia de la UE ante el drama sirio demuestra la ausencia de una política exterior europea creíble. Pero dicha política únicamente puede existir si Europa se dota de unas auténticas fuerzas armadas comunes.

Publicado en 4 octubre 2012 a las 15:38

Alepo, Damasco,... calles cubiertas de cuerpos, barrios destrozados, bombardeos a ciegas,... Imágenes y testimonios intolerables que nos recuerdan directamente a los momentos más oscuros de Sarajevo y de Grozni. Urbanicidas. Y parece que nada cambia. Estados Unidos está en plena campaña electoral. En cuanto a los europeos, por mucho que quisieran intervenir, simplemente no podrían hacerlo.

Esta impotencia europea no condiciona únicamente la resolución futura de un conflicto que perdurará en el tiempo. También ha contribuido a la transformación de un conflicto político en un conflicto militar totalmente asimétrico. La "democracia Potemkin" rusa se ha aprovechado de la ausencia estadounidense y de esta impotencia europea. La Europa del "poder blando" está desnuda. Espera a noviembre como si esperara a Godot. Esperando a que Estados Unidos reaccione o que los insurgentes se impongan. No sabemos mucho al respecto. Pero más allá de Siria, Europa debe salir de esa imposibilidad estratégica insostenible.

La cuestión de la debilidad estratégica de los países europeos no puede interpretarse únicamente desde la perspectiva de la capacidad (o incapacidad) de dirigir operaciones de mantenimiento o de restablecimiento de la paz. Se inscribe en el contexto de los movimientos tectónicos que actúan en el mundo estratégico. Estados Unidos no sólo lo ha entendido, sino que responde a ello desplazando el centro de gravedad de su política de seguridad del Atlántico hacia el Pacífico y pidiendo a los europeos que asuman mayores responsabilidades. Y estos últimos hasta ahora han respondido sólo con una nueva formula del criterio de "gastar menos y mejor": la llamada "defensa inteligente".

Misiones Petersberg

Si, más todavía que la moneda, la defensa afecta de lleno a las prerrogativas reales de las naciones, entonces dejemos a la OTAN y a los Estados miembros la defensa en sentido estricto, incluida la cuestión de la disuasión nuclear, y vamos a concentrarnos en el hecho que ya cuenta con el consenso de la Unión. "A Europa le incumben las misiones Petersberg (mantenimiento de paz, imposición de la paz y misiones humanitarias) y a la OTAN (y por lo tanto a los Estados miembros) el mantenimiento de los equilibrios estratégicos", escribía Jean-Jacques Roche el pasado mes de enero.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

No se trataría de fusionar los ejércitos (o partes de los mismos) de los distintos Estados miembros, sino de crear, desde cero, junto a los ejércitos nacionales, un ejército europeo común. Con su Estado Mayor, su sistema de reclutamiento, sus escuelas militares, sus bases militares, sus órganos de inteligencia...

Si partimos de la hipótesis de una cooperación reforzada a la que se unirían inicialmente diez países miembros (Alemania, Bélgica, Bulgaria, España, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal) que transferirían un 0,2 % de su PIB (es decir, del 8 al 20 % de sus presupuestos respectivos de defensa) de su defensa nacional al ejército europeo común, el presupuesto anual de éste se elevaría a cerca de 18.000 millones de euros. Si a esto añadimos a los británicos, se superarían los 21.000 millones de euros. Una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que estos medios se deberían dedicar esencialmente a la proyección de fuerzas.

Un instrumento militar común obligaría a los Estados miembros a deliberar y decidir juntos sobre la participación o no en las misiones de mantenimiento o de restablecimiento de la paz y sobre las modalidades de las mismas. De este modo, contribuiría a definir una política exterior común. Con ello, los Estados miembros también podrían financiar programas que ya no pueden asumir por sí solos. Por último, el ejército común permitiría a los ejércitos nacionales de los Estados participantes beneficiarse de servicios que cada vez les resulta más difícil obtener (capacidades de observación y de comunicación por satélite, protección contra las amenazas bacteriológicas, químicas, nucleares, grupos aeronavales, servicios secretos...).

Doble aprobación

Si el concepto es "comunitario", la responsabilidad política de la organización y del funcionamiento de este ejército debería corresponderle totalmente al presidente de la Comisión Europea y a un comisario de seguridad y defensa. Serían responsables de decidir la idoneidad de implicar o no al ejército común en las operaciones de mantenimiento o de restablecimiento de la paz. Esta decisión se sometería a la doble aprobación del Parlamento Europeo y del Consejo de los países que participen en la cooperación reforzada.

Por mediación de este último, los Estados miembros, y en especial los de mayor población, mantendrían un buen control aritmético y un buen control político de la decisión de recurrir a la fuerza. Este ejército común se integraría con la OTAN como reserva estratégica, según unas modalidades que tendrían que definirse con el conjunto de los miembros de la Organización Atlántica. La cooperación reforzada estaría abierta a todos los países de la UE que aceptaran que este ejército común fuera parte integrante de la OTAN.

Puede que algunos piensen que la Unión Europea tiene otros asuntos de los que ocuparse en estos tiempos de crisis. Pero entonces no estarían teniendo en cuenta lo que la creación de este ejército europeo común podría aportar en términos de credibilidad política al proyecto europeo en su conjunto, incluso ante los actores económicos. Por otro lado, el presupuesto de la Unión aumentaría de golpe más del 20%. Con el ejército común también podrían tenerse en cuenta los efectos centrípetos en términos de desarrollo económico resultante de la creación de la moneda única, al dotar a los países del sur con las principales infraestructuras necesarias.

Con firmes convicciones europeas

Con Angela Merkel, la canciller alemana, Wolfgang Schäuble, la mano derecha de su Gobierno, el presidente francés François Hollande, Giorgio Napolitano, el presidente italiano, Mario Monti, Donald Tusk, primeros ministros de Italia y Polonia, y el presidente español, Mariano Rajoy... rara vez Europa habrá visto tal conjunción de personalidades de primer nivel con unas convicciones europeas tan firmes. Si a esto añadimos un primer ministro británico conocido por su pragmatismo, hay razones para creer que el momento es el más idóneo. Sin embargo, la ventana de oportunidad es limitada. En Italia se celebrarán elecciones legislativas la próxima primavera, luego será el turno de Alemania...

Todo eso nos ha alejado mucho de la tragedia que se está produciendo en Siria. Sin duda. Porque incluso cuando Europa por fin decida tratar de lleno la cuestión de su política de seguridad, será necesario un tiempo antes de que sea operativa. Es cierto. Aún así, podemos pensar razonablemente que esta asunción europea de responsabilidad podría tener efectos inmediatos en estos países que hoy bloquean cualquier iniciativa a favor de una acción de la comunidad internacional para detener la política mortífera del régimen sirio.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema