La adhesión a la UE no entusiasma

El 18 de agosto, el gobierno suizo debe hacer pública su postura sobre el futuro de las relaciones con Bruselas. A pesar de que se trata sobre todo de estrechar los lazos un poco más, sigue sin plantearse la posibilidad de la adhesión.

Publicado en 17 agosto 2010 a las 15:15

El debate sobre el futuro de la pareja Berna-Bruselas vuelve a la escena política con motivo de las reflexiones que está llevando a cabo el Consejo Federal sobre sus relaciones con la Unión Europea. El 18 de agosto, el ejecutivo helvético debe posicionarse. También ha delegado en un grupo de expertos que deberán considerar “todas las opciones posibles” respetando “el buen funcionamiento de las instituciones”. Sus conclusiones serán publicadas en el “informe Europa” de aquí a finales de 2010. ¿Considerarán un acuerdo marco, nuevas relaciones bilaterales o un procedimiento de adhesión?

“La red de acuerdos bilaterales entre la UE y Suiza se ha vuelto compleja, muy difícil de gestionar”, afirmaba el 19 de julio el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, durante un encuentro con la presidenta de la Confederación, Doris Leuthard. “Hacen falta unas reglas del juego más claras para dar un nuevo impulso a nuestra cooperación”.

Suiza depende en gran medida de las exportaciones

A modo de recordatorio, Berna está comprometida por vía bilateral con los países de la Unión Europea desde 1998 mediante más de 120 acuerdos hechos a medida que complican el funcionamiento de las administraciones. Las negociaciones se encuentran en un punto muerto en varios sectores, entre ellos el de la electricidad, el de la salud y el de la agricultura. Mientras que Bruselas reclama una reanudación automática del derecho comunitario, los políticos helvéticos la rechazan en la medida en que Suiza perdería su soberanía. “Parece que se han reunido todos los ingredientes para un tercer gran regateo, los ‘acuerdos bilaterales III’”, predice Swissinfo. Europa tiene una ventaja en las negociaciones: la “cláusula guillotina” que compromete los acuerdos bilaterales. Si uno de ellos cae, se anula el conjunto. Y sin estos acuerdos, el PIB suizo, cuya mitad depende de las exportaciones, entraría en caída libre.

El pasado mes de julio, el grupo de expertos suizo Avenir evocaba otra pista, la de la entrada en el Espacio Económico Europeo (EEE) o una “adhesión Light” conservando el franco. Esta solución seduce a algunos. “Hace dieciocho años que los acuerdos bilaterales se presentaron al pueblo como el camino ideal”, argumenta Michael Fust, secretario general del Nuevo Movimiento Europeo Suizo (Nomes). “Pero del 30 al 50% de nuestra legislación ya está copiada de la europea. Convertirnos en miembros de pleno derecho nos permitiría defender nuestros intereses”.

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Un modo de cooperación que todavía es viable

René Schwok, politólogo del Instituto europeo de la Universidad de Ginebra, relativiza la urgencia de remodelar los acuerdos bilaterales. “Este modo de cooperación es cada vez más complicado, pero todavía será viable algunos años”, dice en el diario de Vaud, 24 heures. Como él, muchos especialistas dan prueba de prudencia, porque en Suiza el tema es un tabú. En 1992, los helvéticos rechazaron ratificar el acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo; en 2001 rechazaron la iniciativa “Sí a Europa” con un 76,8% de los votos. Con una crisis europea que causa estragos desde el anuncio del déficit griego, la desconfianza popular se ha reforzado todavía más.

En Bruselas, Doris Leuthard ha dicho con ironía: “Suiza tiene un nivel de deuda del 39% del PIB: nosotros cumplimos los criterios de Maastricht, si es que siguen existiendo…”. Si existe un partido político que saque partido del debate, ese es la Unión democrática del centro (UDC). Esta formación populista siempre ha hecho campaña contra Europa. Su vicepresidente, Christoph Blocher, ha desvelado recientemente a Matin dimanche que estaba considerando el lanzamiento de una iniciativa popular para excluir la adhesión a la UE y a la OTAN. Esta idea ha dado de que hablar, sobre todo porque las próximas elecciones federales se celebrarán en otoño de 2011, dentro de apenas un año.

Perspectiva de Suiza

La adhesión a la UE, un tema tabú

La adhesión a la UE, eje central de la política exterior suiza, constituye “un campo de minas emocional”, puesto que, en la Confederación, reina una especie de “prohibición a pensar en Europa, so pena de ser considerado un traidor”, se lamenta Nicola Forster en el diario Neue Zürcher Zeitung. El presidente del grupo de expertos Foraus enumera, así, las siete preguntas clave en torno a la adhesión de Berna a la UE: 1. ¿Suiza podrá conservar su moneda? 2. ¿Cómo se compensará el incremento del IVA al 15%? 3. ¿La adhesión resultará más cara en términos económicos que la actual relación bilateral? 4. ¿Cómo podrá seguir ejerciendo su soberanía? 5. ¿Sería posible incluir una cláusula que mantuviese la neutralidad total? 6. Democracia directa: ¿siempre será posible convocar un referéndum? 7. ¿Qué ventajas y qué inconvenientes conllevará la apertura del mercado?

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