Se mida con la escala política y económica que se mida, Dinamarca se ha beneficiado mucho de su adhesión a la UE. Múltiples ejemplos los atestiguan, desde la libertad de circulación de trabajadores, de mercancías y de capital, el mercado interior, la política medioambiental común, la cooperación en investigación e innovación a la lucha contra el terrorismo y la criminalidad transfronteriza, por mencionar algunos.
En estos años de crisis en Europa, el escepticismo con respecto a la Unión va en aumento. Por eso, a los observadores prudentes, tanto en Dinamarca como en otros países europeos, les preocupa saber si el proyecto es hoy tan razonable como antes.
Los problemas económicos no pueden atribuirse a la UE. El carácter prolongado de la crisis está vinculado principalmente a que algunos países europeos disfrutan de Estados del bienestar muy extensos, demasiado caros e ineficaces, que no han sabido modernizarse. Sin embargo, muchos países han realizado reformas, pero los cambios efectuados son en general demasiado escasos y a menudo mínimos. Para salir de la crisis, hay que preparar a Dinamarca y a otros países europeos para el período que seguirá a la misma. Mejor irá cuanto más se reformen los anquilosados Estados de bienestar europeos.
Pagar por las negligencias de otros
En estos años de crisis, los países ricos de la UE son los que más pagan por la negligencia del resto. Por eso reina el descontento entre los países reformistas, entre los que se incluye Dinamarca, que han hecho esfuerzos para reducir sus presupuestos y han llevado a cabo reformas para poder salvar las dificultades que se les planteaban. El descontento está vinculado a que se ven obligados a pagar los platos rotos. La alternativa frente a las reformas conduce a un Estado griego, y eso arruinaría cualquier oportunidad de que Europa llegue a ser una potencia como Estados Unidos o China.
Tal y como ha escrito el ministro de Asuntos Europeos danés, Nicolai Wammen, existen muchos motivos para reflexionar a conciencia sobre cómo puede Dinamarca sacar más provecho de la cooperación europea. Por eso pide que los partidos lleguen a un acuerdo sobre la política europea. Se trata de un juicio acertado, que debe incluir una estrategia clara sobre cómo debe contribuir Dinamarca para que la UE tenga mayor peso.
Hacia un acuerdo político a largo plazo
Es necesario actuar con urgencia, y que la primera ministra [Helle Thorning-Schmidt] encabece una iniciativa audaz. Pero el gran partido conservador danés, Venstre (los liberales), también debe hacer el esfuerzo de aportar ideas. Y todo ello debe realizarse teniendo en cuenta que los dos grandes partidos populares, los socialdemócratas y los liberales, son quienes deben asumir esta responsabilidad.
Por eso la primera ministra (socialdemócrata) y su rival, el ex primer ministro Lars Lokke Rasmussen (liberal), deberían cerrar con premura un acuerdo político a largo plazo sobre la política europea de Dinamarca para los próximos años. Después podrían incorporar a otros partidos eurófilos.
2013 será un año decisivo para la Unión Europea, y debemos estar preparados para ello, con un plan que contemple a un tiempo cómo asegurar el respaldo popular a la UE y cómo podemos situarnos en el núcleo central de Europa.