¿Emisión imposible?

El plan de la ONU para luchar contra las emisiones de gases de efecto invernadero es muy criticado por su ineficacia. Su fracaso podría tener un impacto negativo sobre el sistema europeo de comercio de cuotas de emisiones. La Comisión Europea ha decidido tomar cartas en el asunto.

Publicado en 9 septiembre 2010 a las 14:58

El sistema de comercio de emisiones o ETS (Emissions Trading System) es la principal política de la UE para reducir los gases de efecto invernadero y el núcleo de un sistema mundial de intercambios de derechos de emisión o "cap-and-trade", que es el sueño de la Comisión Europea. La gran inversión de capital político europeo en el esquema hizo necesario que Connie Hedegaard, la comisaria europea de Acción por el Clima, se pronunciara antes del inicio del curso político, pues el sistema ETS corría el riesgo de sufrir daños colaterales de las críticas al sistema de comercio de emisiones dirigido por Naciones Unidas.

Empezaron a surgir sospechas con respecto al mecanismo de desarrollo limpio o CDM (Clean Development Mechanism) de la ONU, que permite a los contaminadores de los países ricos cumplir con sus objetivos de reducciones de emisiones según el protocolo de Kioto pagando proyectos de energías limpias en países en vías de desarrollo. Los críticos pusieron en duda su eficacia, exponiendo que algunos proyectos del CDM están incitando a los fabricantes a producir más gases contaminantes, en lugar de reducirlos.

Perversa producción de gases

La Comisión se muestra cada vez más impaciente ante la secretaría de la ONU para el cambio climático, ya que no ha logrado reformar el CDM, cuyo valor era de 1.900 millones de euros en 2009. Supuestamente el esquema constituiría un "círculo virtuoso" con el que los países ricos podrían cumplir sus objetivos climáticos al menor coste posible, mientras que las economías en desarrollo con gran demanda energética obtendrían una inyección de capital para emplear energías ecológicas. Pero los críticos han señalado múltiples fallos.

Se están sometiendo a examen en particular los proyectos del CDM para acabar con el 'super gas de efecto invernadero' HFC-23, un subproducto no deseado en la fabricación de gases refrigerantes que es 11.700 veces más perjudicial que el CO2. Los proyectos del CDM para eliminar estos gases son muy conocidos. Pero CDM Watch, un grupo de críticos con sede en Alemania, acusa a los fabricantes de “estafar al sistema”, pues generan más gases HFC-23 simplemente para obtener los lucrativos ingresos del CDM destinados a destruirlos. La dirección ejecutiva del CDM de la ONU rechaza estas críticas y menciona sus medidas de garantía para evitar esta producción perversa. Aunque sí ha admitido que sería conveniente comprobar la eficacia de estas medidas de garantía.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

La Comisión quiere que la acción de la ONU sea más eficaz. La ansiedad de la UE es comprensible. Europa es con diferencia la mayor compradora de créditos del CDM y cualquier duda sobre su valor empañará la reputación del ETS. La reputación y la credibilidad del esquema europeo recibieron un duro golpe en sus inicios, cuando los gobiernos repartieron demasiados créditos e hicieron que cayera en picado el precio del carbono. El esquema se recuperó de su tambaleante inicio, pero los inversores ahora se muestran nerviosos por otros motivos. El mercado del CDM perdió un 59% de su valor entre 2008 y 2009, como consecuencia de la recesión económica y del desvío en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático (véase el cuadro), lo que genera incertidumbre sobre el futuro del CDM. “La confianza del mercado se encuentra en un nivel muy bajo”, escribió la Asociación Internacional del Comercio de Emisionesa Hedegaard en agosto y además pedía más claridad sobre las intenciones de la Comisión con respecto al CDM.

La UE tiene capacidad de influir en este mercado

Hedegaard se está centrando en apuntalar la integridad medioambiental del CDM. Ha pedido a sus funcionarios que aporten ideas para garantizar que los contaminadores del ETS recurren únicamente a proyectos medioambientales creíbles y de alta calidad. Esto podría implicar la prohibición del ETS en algunos proyectos (como los del HFC-23), o el establecimiento de precios para que los proyectos de gases industriales tuvieran menos valor y por lo tanto fueran menos atractivos para los inversores. En otoño se espera que se presente el anteproyecto de ley.

Pero la Comisión tiene otros problemas más graves con el CDM. El grueso de estos fondos acaba en China e India y una parte muy reducida va a los países más pobres, sobre todo de África. Además, tal y como afirmaba la comisaria, “el CDM no está creando ningún incentivo para que los países en desarrollo generen un sistema de derechos de emisión o 'cap-and-trade'”. La Comisión preferiría entablar 'acuerdos sectoriales' con grandes economías emergentes, lo que significaría que el dinero europeo estaría vinculado a países en desarrollo que reducen las emisiones con industrias que hacen un uso masivo de la energía, como las del acero o de las sustancias químicas. Se dispondría de más dinero del CDM para los países menos desarrollados y que necesitan más los fondos externos.

La función de Europa como mayor compradora de créditos de CDM aporta a la Comisión cierta influencia sobre el modo de reformar el sistema. Stig Schjølset, analista de Point Carbon, señala que la demanda europea de créditos del CDM aporta a la UE “una baza a jugar” en las negociaciones internacionales que no dejará escapar sin obtener algo a cambio, como unos objetivos más ambiciosos. Pero la Comisión tendrá que jugar su baza y mantener al mismo tiempo la confianza de los inversores en el futuro de los mercados del carbono de Europa. Un paso en falso y se perderá el brillo del valioso sistema ETS de la UE.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema