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Isabella Lövin, eurodiputada contra viento y marea

Desde su elección al Parlamento Europeo en 2009, la sueca Isabella Lövin sólo tiene un objetivo: luchar contra la sobreexplotación de los recursos pesqueros. Aunque con ello corra el riesgo de que se tambaleen las costumbres de los diputados y el equilibrio de ciertas comunidades locales.

Published on 8 May 2013 at 12:03

Desde hace 50 años, los pescadores profesionales del mayor lago interior de Irlanda del Norte conservan con cuidado sus reservas de peces. Crearon una cooperativa, introdujeron cuotas, soltaron alevines, mientras los franceses y los españoles vaciaban los mares de peces. Y ahora, una sueca quiere interponerse ante toda una industria y ante la comunidad y se emplea a fondo para obtener el apoyo del Parlamento con el fin de prohibir la pesca de la anguila en toda la Unión.

De este modo, corren peligro 300 empleos. Y los pescadores del Lough Neagh no encontrarán otro.
Uno de estos pescadores, Pat Close, se presentó a la entrevista con informes científicos bajo el brazo y acompañado de un experto. ¿Ni siquiera un pequeño respiro? ¿A lo mejor podrían volver a soltar más alevines como compensación? Nada. Isabella Lövin no cedió ni un milímetro.

"Todos intentan lograr flexibilizaciones y subvenciones. Pero deben buscarse otra forma de ganarse el pan, es así de sencillo". Aquí trabaja una diputada distinta a los demás. Allí donde los demás diputados han colgado fotos de sus países de origen, las paredes de la oficina de Isabella Lövin están cubiertas de mapas que indican las zonas de pesca del estrecho de Skagerrak [el estrecho que separa Noruega de Dinamarca] y de fotografías de atunes.

Hace cuatro años que se instaló aquí. No como representante del pueblo sueco, por mucho que lo diga su tarjeta de visita. Para los que trabaja se llaman Anguilla, Gadus morhua, Salmo salar. Es decir, para la anguila, el bacalao y el salmón.

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Metamorfosis sin precedentes

Ninguno de sus empleados intenta hacernos creer que se preocupa por lo demás. ¿El impuesto sobre los depósitos bancarios chipriotas? Votará lo que decida su grupo parlamentario. ¿La unión bancaria? Ídem. ¿Los demás asuntos? No tiene tiempo.

La historia de Isabella Lövin es bien conocida. En 2007, cuando todavía no era famosa, la periodista publicó un libro titulado Mares silenciosos [Tyst Hav, ed. Ordfront]. Contra todo pronóstico, este relato sobre la sobreexplotación de los recursos pesqueros fue un éxito total. Isabella Lövin obtuvo tres premios en Suecia, el Gran permio de periodismo, la Pala de Oro [que premia a los periodistas de investigación] y el Premio de periodismo medioambiental.

En otoño de 2008, le hicieron una oferta que al principio pensó en rechazar. Le pidieron que renunciara a una parte de su credibilidad de periodista y que se presentara en un incierto segundo lugar en la lista de los Verdes [en las elecciones europeas de 2009 en Suecia]. Se dejó convencer. Los Verdes obtuvieron un nuevo escaño. Y vivieron una metamorfosis probablemente sin precedentes en la historia de la política sueca.

El partido, que aún se mostraba hostil a la UE un año antes de las elecciones, cuenta ahora en sus filas con una diputada que, desde que asumió sus funciones, se esfuerza por emprender lo que probablemente sea la política supranacional más ofensiva que se pueda encontrar en Bruselas. Y la cuestión de la salida de la UE parece más o menos enterrada desde las últimas elecciones en el Parlamento.

En cierto modo es una experiencia de democracia. Los electores verdes han enviado al Parlamento Europeo a una novata en política, cuya única consiga es poner fin al agotamiento de los recursos pesqueros.
¿Obtendrán algún resultado?

Una precaria alianza

La respuesta la tendrán en junio, cuando entre en vigor la nueva reforma europea de la pesca. Y para comprender los pormenores de esta reforma, hay que olvidarse de lo que aprendimos en el colegio, es decir, que el Parlamento es "en efecto" impotente. Desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, dispone de un poder de decisión conjunta en la mayoría de asuntos e incluso el derecho a descartar proyectos de ley.

El Parlamento ya ha votado una vez y los diputados se han posicionado mayoritariamente junto a Isabella Lövin. 502 votos a favor, 137 en contra. Antes de que el Consejo (compuesto por los ministros de Pesca de los Estados miembros) no decida otra cosa. Irlanda, que ocupa actualmente la presidencia de la Unión, acaba de poner sobre la mesa sus condiciones.
Isabella Lövin debe velar por la cohesión de su precaria alianza integrada por los socialistas del sur y los conservadores del norte, ahora que los pescadores de prácticamente la totalidad de los países miembros, los que poseen litoral, se oponen a la reforma y exigen derogaciones.

En este sentido, Isabella Lövin habla de "lobby de la pesca". Otros quizás emplearían el término de "colectivo" para designar a los varios miles de personas cuyo empleo hoy corre peligro.

Un objeto de discordia

Independientemente de cómo se denomine, es un objeto de discordia. Los propios diputados del grupo ecologista en el Parlamento no comparten todos una misma visión. En el pasillo de Isabella Lövin, un miembro vasco del grupo de los Verdes dice que actuará en función del voto de la industria de la pesca de su región.

Isabella Lövin emplea al máximo sus nuevos poderes. En tan sólo un mandato, se ha establecido como una de las tres voces que cuentan en materia de política pesquera. La alemana Ulrike Rodust, la comisaria Maria Damanaki y ella se consideran las tres grandes figuras de la política pesquera.

Isabella Lövin no asiste a las reuniones encorsetadas de su grupo parlamentario en Suecia y no recorre el país para ir dando la mano en las circunscripciones. Le da más importancia a los debates y a las conferencias por toda Europa y el mundo. Madrid, Hamburgo, Lisboa, Nairobi, Dakar.

Una experiencia de democracia que parece ser una fuente de inspiración. Pero también es arriesgado ser un electrón libre especializado en un solo asunto. Pocos responsables políticos están tan expuestos a las opiniones y a las críticas como Isabella Lövin. ¿Ha ganado su apuesta? ¿Habrá en el futuro más, o menos, peces en el mar?

De la decisión final, que se conocerá antes del verano, dependerán el futuro de los recursos pesqueros y el balance de la acción de Isabella Lövin en los libros de historia.

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