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Sobre el cartel: "Presupuesto de austeridad irlandés".

El salto irlandés hacia lo desconocido

Tras tres años de recortes en el gasto público, parece que Irlanda está encaminada a abandonar el programa de rescate de la UE, el BCE y el FMI el próximo 15 de diciembre, pero ¿a qué precio? El país sigue sumido en una depresión y la economía se ha resentido profundamente.

Publicado en 17 octubre 2013 a las 15:20
Sobre el cartel: "Presupuesto de austeridad irlandés".

Irlanda ha sido considerada una vez más el estudiante modelo en la escuela de austeridad de economía en Europa, ya que el Taoiseach [primer ministro irlandés], Enda Kenny, afirma que su Gobierno está saliendo del programa de rescate establecido por la troika formada por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Dice que la era de la austeridad está llegando a su fin.

Obviamente, ambas afirmaciones son cuestionables, pero resaltan algunas características importantes de la situación en Europa.

La política del Gobierno irlandés continuará siendo establecida por la troika durante muchos años más. De hecho, la UE ya ha implantado un sistema para la supervisión presupuestaria, una normativa e incluso sanciones que consagrarán una austeridad permanente para todos los miembros del euro.
Además, el FMI ha adoptado la costumbre de poner en marcha una nueva línea de créditos en cuanto el dinero del rescate inicial se haya acabado, un mecanismo que tiene sus propias condiciones. Por tanto, es falso decir que la austeridad ha llegado a su fin. Por el contrario, los activos y los préstamos suscritos por los bancos irlandeses se han devaluado tanto a causa de la debilidad económica que el riesgo de un nuevo rescate para sus acreedores está aumentando.

Aplausos en el extranjero

También hay una importante razón por la que Irlanda no puede ser emulada por países como Grecia y Portugal. Al inicio de la crisis, la economía irlandesa era mucho más próspera, y después de una prolongada recesión en la periferia europea, esa situación se sigue manteniendo. Uno de los grandes fracasos de los sucesivos Gobiernos irlandeses es que los niveles de vida han caído tan bajo que han descendido hasta los niveles británicos después de haberlos superado a finales del siglo pasado.

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Siempre hay un coro de voces en Gran Bretaña que atribuye todos los males económicos a la UE. Pero la amenaza de George Osborne [canciller del Reino Unido] de mantener la austeridad hasta finales de 2018 y buscar superávits presupuestarios encaja con la austeridad permanente de Bruselas, Frankfurt y Washington.

El brote de autosatisfacción a ambos lados del Mar de Irlanda está totalmente fuera de lugar. Los Gobiernos irlandeses suelen carecer de la antigua arrogancia de la elite política británica y, por eso, buscan aplausos en el extranjero.

Inversión frente a la enemiga del crecimiento

La coalición del Gobierno de la derecha de Fine Gael y los partidos laboristas irlandeses quieren que les den una palmadita en la espalda, o quizá en la cabeza, por pronosticar que las finanzas del Gobierno se transformarán en lo que se denomina un superávit primario, es decir, un superávit de las finanzas del Gobierno antes de tener en cuenta los pagos de los intereses, una afirmación hecha frecuentemente también por los seguidores de los Gobiernos que implantan la austeridad en Portugal y Grecia, y que carece por completo de sentido. A menos que el índice de crecimiento de la economía supere esos intereses cada vez mayores, el nivel de la deuda del Gobierno será insostenible.

No obstante, en la actualidad el riesgo inmediato del incumplimiento gubernamental ha descendido considerablemente. Eso se debe en parte al compromiso del Banco Central Europeo de “hacer lo que sea necesario” por mantener el euro. Eso implica una cantidad ilimitada de rescates para los acreedores, especialmente bancos europeos y británicos, pero ni un euro para los Gobiernos.

Ese respaldo de por vida a los bancos es lo que se nos invita a celebrar, pero la fiesta durará muy poco si la austeridad continúa hundiendo la economía. Si no hay inversión la capacidad productiva se reduce. En Irlanda, la nueva inversión neta (después de eliminar la depreciación, el desgaste y así sucesivamente) es casi cero. La economía continúa en una recesión, y uno de sus efectos es acumular préstamos no productivos en los bancos minoristas, incluyendo pagadores hipotecarios con riesgo de impago. La austeridad es el enemigo del crecimiento y no puede resolver la crisis.

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