"Pavlos vive, fuera los fascistas". Manifestación en memoria de Pavlos Fyssas, en Atenas, el 25 de septiembre de 2013.

Pavlos Fyssas, los entresijos de un asesinato político (1/2)

En la noche del 17 al 18 de septiembre, el rapero griego fue asesinado por un militante de Amanecer Dorado. Este asesinato marcó la caída del partido neonazi, cuyas connivencias implícitas con el poder y cuyos vínculos con los poderosos armadores se están descubriendo ahora.

Publicado en 31 octubre 2013 a las 12:38
"Pavlos vive, fuera los fascistas". Manifestación en memoria de Pavlos Fyssas, en Atenas, el 25 de septiembre de 2013.

En el aparador del salón, las fotos forman un pequeño altar en memoria del hijo perdido: Pavlos en la boda de su hermana, Pavlos en concierto o Pavlos en la adolescencia. Era un chico guapo, con unos inmensos ojos negros y una bonita sonrisa. “Sobre todo tenía un gran corazón. Todo el mundo se encariñaba rápidamente con él”, susurra Magda, su madre, hipnotizada por las imágenes de los días felices. Detrás, Panagiotis, el padre de Pavlos, no reacciona, encerrado en su dolor.
Las dos puñaladas que recibió en todo el corazón hicieron de su hijo un símbolo: el de la desviación criminal del partido de extrema derecha Amanecer Dorado, que accedió por primera vez al Parlamento griego en 2012. Pavlos Fyssas, rapero de 34 años, sin duda habría preferido deber su fama a sus canciones. Ocupó las portadas de los diarios griegos como un mártir, apuñalado la noche del 17 al 18 de septiembre a manos de militantes de Amanecer Dorado, una formación que desde entonces se califica abiertamente como neonazi. La muerte del joven, una tarde de partido de fútbol en un barrio popular, en pocos días desencadenó un seísmo político y se convirtió en asunto de Estado. Por primera vez desde el restablecimiento de la democracia en 1974, la cúpula de un partido representado en el Parlamento se enfrentaba a las acciones penales más graves.
Tras el crimen, muchos destacaron la importancia de esa “muerte de más” que logró que la opinión pública y las autoridades reaccionaran. Porque Pavlos Fyssas era griego, al contrario que las anteriores víctimas de Amanecer Dorado, casi exclusivamente inmigrantes. Pero esto no responde a la cuestión fundamental: ¿cómo es que Amanecer Dorado, ese partido que se enorgullece de ser nacionalista, reservado a “los griegos de pura cepa”, pudo dar ese paso de más y asesinar a un joven griego en plena calle? ¿Quién guió realmente la mano del asesino, un camionero de 45 años, padre de dos hijos, con un aspecto más que banal y que en principio tenía todas las de perder al implicarse en un crimen?

Una noche con partido del Olympiakos

En realidad, faltó poco para que nadie se llegara a interesar por la muerte de Pavlos y que el asesinato se quedara en un asunto local, rápidamente archivado. La noche del crimen es cuando todo cambió. Gracias al reflejo inesperado de una policía. El 17 de septiembre, Pavlos quedó con su novia, Chryssa, y algunos amigos para ir a ver el partido entre el Olympiakos y el Paris-Saint-Germain. Como todos los jóvenes de la región del Pireo, Pavlos era seguidor del Olympiakos, dispuesto a gritar ante la mínima sospecha de un penalti no pitado. “Llegaron justo antes de empezar el partido. Lo recuerdo perfectamente, porque conozco a Pavlos de vista, aunque no sabía que era rapero. Para mí era como cualquier otro joven del barrio”, comenta el jefe del Coralie Café, un bar de Keratsini cuya terraza cubierta dispone de una gran pantalla plana.
“Durante el encuentro, no se produjo nada especial: Pavlos y su grupo de amigos bebieron cervezas, el ambiente estaba bastante animado, como siempre que juega el Olympiakos. Pero sin ningún lío". Afirma que no advirtió la presencia de los dos o tres tipos (las versiones cambian) que, según ciertos testigos, se habrían enviado unos SMS observando a Pavlos durante el partido. “Fue al final de la noche, cuando todo el mundo salía del bar, cuando también me di cuenta de ese grupo, surgido de la nada, en la acera de enfrente”, prosigue.

Una veintena de hombres con los ánimos ya encendidos empiezan a interpelar al rapero y a sus amigos, que aún se encuentran en la calle. Rápidamente aumenta el tono. Tres hombres se separan del grupo y se acercan a Pavlos, le dan un empujón. Chryssa, su novia, que se queda detrás, ve todo y se alarma. Intenta alertar a un grupo de policías que, curiosamente, observan pasivamente la escena a distancia. Pero es en vano. Les vuelve a suplicar, cuando de repente llega un coche y se detiene delante de la aglomeración. De él sale un hombre, coge a Pavlos como si quisiera abrazarle y le planta dos puñaladas en pleno corazón. Antes de desvanecerse, el joven tiene tiempo de mostrar quién es el asesino a los policías, que finalmente se han acercado. [[En ese momento es cuando, rompiendo con la inercia de sus colegas, una policía saca de repente su arma, apuntando al asesino]]. Éste parecía tan seguro de su impunidad que permanecía aún en el coche, tras haber arrojado el cuchillo en la calle. “Sin la valentía de esa policía que detuvo al asesino, aún estaríamos especulando sobre las causas de un asesinato jamás reivindicado. Y algunos seguirían afirmando que se trató de una pelea de después de un partido que acabó mal", destaca el famoso periodista Pavlos Tsimas de Mega TV, la principal cadena privada.

Amanecer Dorado, un aliado político cómodo

En un primer momento fue también la versión que se impuso: una pelea entre jóvenes de barrio relacionada con el fútbol. Pero la justicia descubre rápidamente que Yorgos Rupakias, el asesino detenido, es miembro de Amanecer Dorado. Y el análisis de su teléfono móvil revela que llamó a varios responsables del partido, justo antes y justo después del crimen. Afiliado solo desde hacía un año, le pagó el partido y aparecía en varias fotos tomadas en las manifestaciones organizadas por los neonazis, a pesar de las negaciones iniciales de los jefes de Amanecer Dorado, que al principio afirmaron no conocerle. A estos últimos también les detuvieron rápidamente. Gracias a los informes de los servicios secretos griegos, que les habían espiado desde hacía tiempo.

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Podemos felicitarnos por ello. Pero algunos comentaristas han expresado sus dudas: si la policía tenía razones suficientes para encarcelarles desde hacía tiempo ¿entonces por qué no actuó antes? “Amanecer Dorado ha ocupado desde hace tiempo una función muy cómoda. El partido se hizo famoso declarándose "antisistema", opuesto a la clase política tradicional que todo el país odia. Pero es solo cuestión de apariencias. En el Parlamento, Amanecer Dorado ha votado siempre como el Gobierno: a favor de los despidos, de las privatizaciones o de las bajadas salariales. Y lo mismo sucedía con las agresiones contra los extranjeros: también permitían justificar o minimizar el impacto de las políticas contra la inmigración. [[Por la noche, Amanecer Dorado organizaba pogromos; durante el día, el Gobierno fomentaba las redadas y las encarcelaciones de inmigrantes]] en campos donde las condiciones de vida son inhumanas”, explica en su oficina del centro de Atenas Dimitri Zotas, abogado de varios inmigrantes víctimas del partido neonazi. “El problema es que Amanecer Dorado al final ha escapado a sus demiurgos. Enaltecidos por su ascenso de popularidad, de cerca del 15% la víspera del asesinato de Pavlos, jamás preocupados por sus agresiones contra los inmigrantes, los neonazis se han sentido invulnerables. Han creído que podían ir aún más lejos, quizás demasiado lejos”.

Lea aquí la segunda parte de este artículo.

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