Zagreb, 27 de noviembre de 2013. Un cartel invita a votar "sí" en el referéndum para declarar inconstitucional el matrimonio homosexual.

Una revolución neoconservadora

El 1 de diciembre, los croatas están llamados a votar en un referéndum para decidir si la Constitución debe admitir únicamente el matrimonio heterosexual. Para la escritora Slavenka Drakulic se trata de otro signo más de un retroceso, ahora que el país ha regresado a la “casa común” europea.

Publicado en 29 noviembre 2013 a las 16:18
Zagreb, 27 de noviembre de 2013. Un cartel invita a votar "sí" en el referéndum para declarar inconstitucional el matrimonio homosexual.

Una sociedad que se percibe como pro-europea, que además es como “Europa antes de Europa”, y que considera su adhesión a la Unión Europea como un regreso a la casa común, ¿puede retroceder un paso desde el punto de vista cultural y político?

Desgraciadamente, parece que sí. En este momento somos testigos de un fenómeno así en Croacia. Durante la última conmemoración de la caída de Vukovar [conquistada por las fuerzas serbias el 18 de noviembre de 1991], el llamado “Comité de defensa del Vukovar croata” [compuesto por los veteranos de la guerra de 1991-1995] desafió al Gobierno [una coalición de centro izquierda, dirigida por el Partido Socialdemócrata (SDP)] impidiéndole que se uniera a la marcha en memoria de las víctimas de esta ciudad.

Desde hace un año, asistimos al surgimiento de un movimiento reunido alrededor de la iniciativa “En nombre de la familia”, que defiende la familia heterosexual. La iniciativa croata y sus partidarios, inspirada en los Tea Parties estadounidenses, cercana a los círculos conservadores, reivindican que el matrimonio sea definido por la Constitución como la unión exclusiva de un hombre y una mujer. Con este fin, han reunido 700.000 firmas a favor del referéndum sobre el matrimonio. Dado el número limitado de gays declarados en Croacia, está claro que el matrimonio gay tan sólo es el símbolo de la desconfianza hacia “el otro” y hacia el que es “distinto”, así como el pretexto para desafiar al Gobierno y al poder.

Valores tradicionales

El referéndum tendrá lugar el 1 de diciembre, a pesar de las objeciones de las asociaciones para la protección de los derechos humanos y los derechos de las minorías, y a pesar de los argumentos del Partido Popular Croata [HNS, liberal, que forma parte de la coalición gubernamental], que ha señalado que el referéndum ponía en peligro los derechos fundamentales de los ciudadanos. Sin embargo, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado a favor de la iniciativa “En nombre de la familia” y ha dado su consentimiento para plantear la pregunta en el referéndum [“¿Está a favor de que el matrimonio se defina en la Constitución como la unión de vida entre un hombre y una mujer?”].

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Cabe señalar que Croacia se vuelve cada vez más hacia los valores tradicionales y morales, como la familia, la religión y la nación. Basta con recordar la polémica sobre la introducción de la educación sexual en los programas escolares, que reveló un gran abismo entre las visiones conservadora y liberal del mundo, pero también las diferencias en la percepción del poder, de la ideología y de la política. Hace poco, la Academia de la Cultura y la Lengua Croatas, Matica Hrvatska, propuso aplicar sanciones financieras a los que no utilizaran correctamente el idioma croata. Aunque se trate de iniciativas legales procedentes de instituciones o de la sociedad civil, se puede observar un signo de los tiempos inequívoco.

En una época de grandes cambios producidos por la crisis económica y financiera, por el desempleo, la globalización y la adhesión a la Unión Europea, [[aumenta la inseguridad y por consiguiente la gente vuelve a modos de comportamiento y a valores que les aporten seguridad]]. Esto plantea un problema cuando el giro hacia el neoconservadurismo va acompañado de una voluntad de cambiar la ley, incluso la Constitución, que supuestamente debe ser más permanente que las crisis, los temores y otros problemas que esperamos que sean temporales.

Una reconquista oculta

Pero, ¿qué ocurre cuando una asociación civil, similar a la iniciativa “En nombre de la familia”, logra movilizar a 700.000 personas? ¿Y sobre todo cuando la finalidad de la movilización no es el bien común, sino la discriminación sexual, la exclusión de algunos ciudadanos, así como poner en entredicho los derechos humanos y los derechos de las minorías? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de una movilización masiva sin una finalidad política aparente, en un país en el que hasta la más mínima decisión tiene una connotación política? ¿Se trata de una reconquista oculta de la derecha? ¿Y de qué derecha? Porque no parece que el HDZ [la Unión Democrática Croata, el mayor partido de la oposición, conservador y de derecha] esté manipulando al movimiento, sino más bien al contrario: parece que es a este partido al que se le imponen unos objetivos. Y todo ello sucede, evidentemente, con la bendición de la Iglesia (¿y su apoyo financiero?), que aprovecha la ocasión para defender esta causa.

En cualquier caso, no son los “partidarios de la familia” los que van a decidir el resultado del referéndum, sino la mayoría silenciosa, los que piensan que todo eso no les incumbe. De hecho, no comprenden que se trata de una cuestión de principio, no sólo del matrimonio homosexual o del uso del cirílico. Los que se nieguen a votar en esta ocasión o en otra, corren el riesgo de perder algún día su derecho al voto.

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