La inauguración del tramo entre Madrid y Valencia se ha unido a las redes ya puestas en marcha en las líneas de alta velocidad españolas. El AVE conecta cada vez más ciudades del país. Pero el planteamiento también está abierto a críticas. La periodista Cristina Vázquez escribe en las páginas del diario El País sobre la conveniencia de las grandes inversiones efectuadas en el AVE, planteándose si "a la vista de la crisis, España se podía permitir ese honor" e igualmente si el modelo radial de redes elegido es el adecuado, y no le "faltaba un impulso de líneas periféricas como el muy demandado corredor mediterráneo".
Un modelo que prima la interconexión entre las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla y ahora Valencia, pero que, debido a su política de precios elevados,expulsa a un tipo de viajero sin medios para pagarse el billete. Otras críticas también se plantean en el ámbito de la ecología, con las grandes obras de infraestructura que han sido necesarias para su puesta en marcha. El AVE cuenta con todos los parabienes del Gobierno y del sector turístico y de hostelería, pero, en opinión de Vázquez, "la época de grandes fastos y grandes inversiones terminó con la crisis y los críticos con esta política de AVE para todos exigen al Gobierno un modelo más racional".