El suceso de Palomares se hizo famoso por el baño del entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga, en compañía del embajador norteamericano, para demostrar que tras la caída de las bombas no había peligro. Pero la anécdota de la imagen parece desmentida por la realidad que allí se vive desde entonces, según informa Miguel Angel Criado para el diario Público. "Que se lleve la tierra contaminada de una vez" es la voluntad que se manifestó con la llegada el pasado 21 de febrero de una delegación técnica norteamericana.
Para paliar el "estigma social y económico" y la mala imagen que sufre el lugar, el municipio planea la construcción de un parque temático sobre historia de la tecnología, desde la Edad del Bronce hasta la era nuclear. Un proyecto del que, apunta Público, el codirector de la Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell, podría ser responsable en el futuro. Pero la preocupación más inmediata es descontaminar el lugar, barajándose dos opciones: la descontaminación sobre el terreno o el envío de la tierra contaminada a EEUU.