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"Estamos en el borde, y no sabemos si el agujero está delante o detrás".

¿Hacia dónde va la Eurozona?

Parálisis política en Bruselas, restricciones monetarias de BCE y alza en los porcentajes de los bonos portugueses, irlandeses y griegos: los presagios para la crucial reunión de la eurozona del 11 de marzo para atajar la profundización de la crisis económica no son buenos.

Publicado en 10 marzo 2011 a las 16:04
"Estamos en el borde, y no sabemos si el agujero está delante o detrás".

Ayer, Portugal estuvo al borde del abismo, al tener que pagar casi un 6% para elevar la deuda a dos años. El interés de los bonos a 10 años subió por un momento al 7,8%, después de que la agencia china de calificación Dagong rebajara la deuda del país a BBB+. "Estos niveles en los tipos de interés no son sostenibles a largo plazo", afirmaba Carlos Costa Pina, secretario del Tesoro portugués, que culpaba de este último revés a la falta de una estrategia coherente de la deuda en la UE, en lugar de a la incapacidad por parte de Portugal de aplicar medidas de austeridad.

Costa Pina rechazaba los llamamientos de los principales economistas en Portugal para que se opte por el rescate de la UE y el FMI, en lugar de prolongar la agonía. "No está justificado. Portugal no necesita ayuda externa, necesita medidas urgentes de la UE para restablecer la confianza del mercado". David Owen, de Jefferies Fixed Income comentaba que el giro inesperado del BCE de la semana pasada para anunciar el aumento de los tipos de interés había restringido el crédito y efectivamente había sentenciado al país. "Con sus acciones, el BCE ha hecho que sea inevitable que Portugal necesite un rescate. Existen paralelismos con las acciones del Bundesbank durante la crisis del ERM (mecanismo de tipos de cambio) en 1992", afirmaba.

La política arriesgada del BCE

Owen sostenía que el BCE está ejerciendo una política muy arriesgada con los líderes de la UE, al presionarles para que den con una solución a gran escala para la crisis de la deuda en las cumbres de este mes. Es un juego peligroso. "España aún no es segura. Registra una deuda doméstica y empresarial combinada de 2,5 billones de euros. Es demasiado", decía. Aún no hay indicios de que Alemania, Holanda y Finlandia acuerden ampliar la aplicación del fondo de rescate (EFSF), para poder comprar los bonos de los Estados deudores por adelantado, o prestar dinero a estos países para que puedan recomprar su propia deuda en una "reestructuración suave".

Lo que sí es cierto es que los ánimos en Alemania se están caldeando. Los Länder regionales han empezado a demandar que se tenga en cuenta su opinión sobre cualquier acuerdo relativo al EFSF. Jörg-Uwe Hahn, ministro de Justicia de Hesse, afirmaba que "rechazaba categóricamente" cualquier acción cuyo fin sea una 'Unión de Transferencias', fondo de deudas, o fusión fiscal de la UE. Los tres bloques de la coalición en el Bundestag de la canciller Angela Merkel han redactado un documento en el que le piden que se resista a cualquier concesión sobre una unión de la deuda. En cualquier caso, no cuenta con mucho margen de maniobra, puesto que la esperada resolución del Tribunal Constitucional de Alemania sobre la legalidad de la maquinaria de rescate de la UE cuelga como una espada de Damocles.

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"Los mercados dictarán la solución"

"La UE hará demasiado poco y demasiado tarde: los mercados dictarán la solución", afirmaba Louis Gargour de LNG Capital, en su comparecencia en el foro sobre bonos de Euromoney. Exponía que Grecia ya es presa de una espiral de deuda imparable, al gastar un 14,3% de los ingresos por impuestos en el coste de los intereses. Espera recortes del 50% en la deuda, quizás siguiendo las líneas del Plan Brady tras la crisis de la deuda en Latinoamérica.

La crisis griega va a ir de mal en peor. El rendimiento de los bonos a diez años ascendió ayer al 12,78% y el desempleo remontó hasta el 14,8% en diciembre, como recordatorio de que el trauma social de la austeridad aún está por llegar. Grecia está pasando por la más dura restricción fiscal que jamás haya vivido una economía occidental moderna y aún así, la deuda pública acabará superando el 150% del PIB en 2013, aunque cumpla con las condiciones de la UE y el FMI. "Deberíamos dejar de pagar y volver al dracma para castigar a los depredadores extranjeros de los préstamos que nos han chupado la sangre", exponía Avriani, un periódico ligado al partido gobernante PASOK.

Ayer se sentía un enojo parecido en Irlanda, donde el parlamentario socialista Joe Higgins denunció la "pócima venenosa de austeridad preparada por los hechiceros en Bruselas y Frankfurt".El primer ministro Enda Kenny afirmaba que Irlanda se encontraba "en la hora más oscura antes del amanecer". Hasta ahora ha restado importancia al choque con Alemania sobre los términos del rescate de Irlanda, pero los políticos irlandeses pueden forzarle a no pagar la deuda de los principales bancos si la UE se niega a ceder.George Magnus de UBS comentaba que los líderes de la UE está viviendo en un "universo paralelo", incapaces de ver que la enquistada crisis de la deuda de la UE no se puede resolver si no se trata la causa raíz y se recapitalizan los bancos.

La Eurozona sigue siendo una recopilación de Estados soberanos

La Unión Monetaria Europea periférica seguirá atrapada en una profunda depresión sin la condonación de la deuda, pero la UE no puede hacerlo hasta que las entidades crediticias sean lo suficientemente sólidas para absorber las pérdidas. "La secuencia del proceso debe comenzar por los bancos, de lo contrario, existen temores de que se produzca otro Lehman. La UE y el FMI no quieren aceptar todo lo que nos ha enseñado la historia".

"Los bancos estadounidenses recaudaron 200.000 millones de dólares de capital común en seis semanas, lo que demostró ser un punto decisivo. Si la UE lo hace, la crisis desaparece", afirmaba. Olli Rehn, comisario de Economía de la UE, ha suplicado un cambio de política para aliviar la carga de los Estados asolados por la deuda, incluida la reducción del coste de intereses punitivos impuestos a Irlanda.

Pero los líderes de la UE son los que tienen la última palabra sobre los términos de la maquinaria de rescate y están respondiendo a sus propios electorados enojados. La eurozona sigue siendo una recopilación de Estados soberanos. Ahí está el quid de la cuestión.

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