Ronda de los "City Angels" en el metro de Milán. Foto : www.cityangels.it

Italia, de ronda en ronda

Desde las patrullas con aire paramilitar hasta las rondas para verificar si las basuras son tratadas, son cada vez más numerosos los italianos que se agrupan para encargarse ellos mismos de la vigilancia de las calles. Un fenómeno que se alimenta de las divisiones sociales y políticas y cuyas consecuencias todavía son difíciles de valorar.

Publicado en 17 julio 2009 a las 17:12
Ronda de los "City Angels" en el metro de Milán. Foto : www.cityangels.it

Milán. Sobre las aceras de la via Padova pasan una y otra vez patrullas mixtas de la policía escoltadas por soldados con uniforme de campaña. No son los únicos que patrullan. Les siguen otros “grupos de vigilancia callejera” como los “Boinas Azules”, un grupo de voluntarios que ha recibido bastantes críticas por estar estrechamente relacionados con la extrema derecha; los “City Angels”, que llevan una boina vasca azul y son el grupo de voluntarios más antiguo de la ciudad; y para terminar, los “Voluntarios Verdes de la Liga Norte”, adornados con el pañuelo de la Padania y las dos uves. ¿Se trata de un fenómeno pasajero o acaso la creación de estos grupos obedece a una necesidad real? Si echamos un vistazo a la lista de rondas italianas, nos podemos llevar unas cuantas sorpresas.

Miedo a los inmigrantes

En los noventa, el Norte se empezó a dar cuenta de que era vulnerable, los numerosos robos animaron a los políticos a sacarse de la manga el papel de sheriff. Los militantes de la Liga fueron los primeros en implicarse en el asunto y crearon, entre el año 1998 y el 1999, el grupo de los Voluntarios Verdes, cuyos miembros procedían de la Guardia Nacional de la Padania. Actualmente los dirige Max Bastoni, uno de los líderes de la Liga con un nombre que le viene que ni pintado, ya que el lema de su grupo es “contra los inmigrantes, bastonazos”. Pero los militantes de la Liga son voluntarios del tipo “haz lo que digo, pero no lo que hago”: utilizan eslóganes racistas y luego se ocupan de mejorar la eficacia de los equipos municipales. “Todo lo que hacemos son rondas en grupo, además sabemos defendernos y somos voluntarios de verdad, no como otros [grupos], que reciben financiación”.

La Guardia Nacional de la Padania, que viste uniformes verdes cubiertos de emblemas rescatados de los libros de Historia y cuyo nombre parece inspirado en la Guardia Nacional Italiana está dirigida por el extremista de derechas Gaetano Saya. Cualquiera diría al oírle hablar que se trata de una burda imitación de los “nazis de Illinois”, de la película The Blues Brothers. Saya parece estar más bien aislado, pero no lo podemos asegurar, admiten los carabinieris, preocupados porque cada vez más jóvenes se sientes atraídos por los grupos neonazis, que en muchas ocasiones están relacionados con los tifosi ultra que se desgañitan en los estadios gritando lo que odian a los judíos, a los negros y a la globalización.

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La proliferación de todos estos “comités de seguridad” toma muchas formas. Se ha llevado a cabo un primer censo que incluye cien grupos organizados. El colmo de la originalidad es el grupo creado por un comerciante de Follonica, en la Toscana, que ha formado el grupo de “Voluntarios para las mujeres de los patrulleros”. A pesar de alguna excepción, la mayor parte de ellos se toma las patrullas muy en serio. Los comités ponen en práctica los conceptos de biopolítica y pospolítica creados por el sociólogo Slavoj Zizek: “la pospolítica aboga por el abandono de las ideologías y el reajuste de la administración competente, mientras que la biopolítica tiene como objeto la regulación de la seguridad y el bienestar”. La única manera de encontrar una razón para adherirse vehementemente a esta política es enarbolando la bandera del “miedo a los inmigrantes, al crimen, a la depravación sexual generalizada, a las catástrofes ecológicas, a la gente incivilizada”.

Una ronda para cada Comuna

En el Véneto las divisiones sociales, culturales y políticas son muy evidentes. En Padua, las rondas de la Liga van por un lado y las contrarrondas de izquierdas por otro. No muy lejos de aquí se ha creado la primera patrulla online, los “primeros auxilios civiles”. El municipio de Jesolo fue uno de los primeros en organizar patrullas, sobre todo contra la prostitución, y también ha sido en esta zona donde se han desarrollado las primeras rondas en las que participan inmigrantes.

En Vittorio Veneto se han organizado contra los motociclistas que “se doblan” (se inclinan) demasiado en las curvas. Resumiendo, más o menos en todas partes se están creando patrullas para responder a contrariedades a nivel local. En Grugliasco, en la zona del Piamonte, las “patrullas ecológicas” se empeñan en desenmascarar a los que no reciclan la basura separadamente.

En la región de Friuli-Venecia Julia se ha aprobado una ley que obliga a crear una lista de voluntarios para las rondas y se hacen jornadas de formación para los participantes. En Trieste, una asociación de pescadores ha creado una ronda para controlar la salud alimentaria.

En el Sur, por el contrario, la idea no está teniendo tanto éxito. En la provincia de Nápoles hay rondas para proteger las estatuas del santo patrón de la localidad, en Agropoli, provincia de Salerno, protegen de los robos a los camiones de la basura, en Acireale, cerca de Catania, lo que tratan de impedir es la pegada indiscriminada de carteles, en Bari hay grupos de jubilados que se encargan de vigilar a los niños a la salida del colegio. Pero en Calabria, el país de la ‘Ndrangheta, no se hacen rondas de ningún tipo, no vaya a ser que uno pare a la persona equivocada… podría ser un error fatal.

PRECAUCIONES

El gobierno intenta organizar las rondas

Con el objeto de acallar las críticas que ha suscitado la nueva legislación sobre seguridad, el ministro del interior italiano, Roberto Maroni, ha hecho públicas las normas que regirán el funcionamiento de las llamadas “rondas ciudadanas”. Parece que, en virtud de dichas normas, los grupos de vigilancia callejera, formados por voluntarios, no tendrán tanto de paramilitar como se creía.

Las patrullas estarán compuestas como máximo por 5 personas, que no podrán ir uniformadas ni lucir distintivos, aunque si que podrán ir equipadas con un chaleco fluorescente con la insignia del grupo. Una comisión especial investigará si tienen antecedentes penales y les someterá a pruebas físicas y psicológicas. Se excluirá a quienes pertenezcan a movimientos organizados, como partidos o asociaciones con tintes políticos.

La labor de las rondas se limitará a avisar a la policía si son testigos de cualquier contravención de la ley. Lo más significativo es que no podrán llevar armas, lo que también incluye linternas y perros. El Presidente italiano, Giorgio Napolitano, quien ha expresado su preocupación al Gobierno en una carta, cree que también debería de prohibirse el uso del spray de pimienta.

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