Y es que la reacción de Europa fue tardía desde un principio: "La Unión Europea falló en el diagnóstico sobre la estabilidad de los regímenes; llegó tarde y con el paso cambiado a las protestas y, lo peor, sumamente dividida a las revoluciones", afirma el analista José Ignacio Torreblanca en el diario El País. Y ahora nos encontramos delante de una "paradoja": Europa cuenta ya con instituciones de política exterior desde el Tratado de Lisboa, pero sigue siendo "una y trina", y y la Alta Represente "todopoderosa". Con todo, "esa política no termina de despegar".
Se impone por tanto " una misión de rescate" para Catherine Ashton, y "deberían ser los ministros de Exteriores de los Veintisiete los que se presentaran voluntarios para el rescate e insuflaran energía en la política exterior europea". "¿están dispuestos realmente a ello?", se plantea Torreblanca. La respuesta nos la dará la actitud hacia la Siria de Bachir al Assad, "la otra gran mimada de muchas diplomacias europeas".