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"La regularización Maroni-Sacconi será recordada como aquella que llevó a 5 millones el número de extranjeros en la Italia multiétnica", escribe el Sole 24 Ore en referencia a la regularización que acaban de adoptar los ministros italianos de Interior y de Trabajo. Esta decisión suspende el delito de clandestinidad que acababa de introducirse entre las medidas de seguridad [el jueves 2 de julio] y que todavía no había entrado en vigor".
"La media nacional de presencia extraeuropea se acercará por lo tanto a las de Francia y Alemania". Para Gian Carlo Blangiardo de la Universidad de Milán Bicocca esta futura "vigésima primera región italiana" puede constituir un remedio a los males estructurales del país : envejecimiento de la población y caída de la natalidad.
"Da realmente la impresión de un comportamiento esquizofrénico del legislador", comenta Valerio Ondia, quien subraya la incoherencia entre la línea dura transmitida por el gobierno y la fatalidad del fenómeno de la inmigración. Ondia condena la legislación italiana que desde 2002 no autoriza la entrada de inmigrantes "mantenidos" por un empleador y la decisión de no reconocer la convención del Consejo de Europa (1992) que prevé reconocer el derecho al voto de los inmigrantes que residen en un país de la UE desde al menos 5 años.
El tema envenenaba la vida política belga. Desde hacía dos años, los miembros de la coalición gubernamental no llegaban a ponerse de acuerdo. Durante este tiempo las manifestaciones, huelgas de hambre y ocupaciones de iglesias se multiplicaban. El sábado 18 de julio los ministros del reino han finalmente elaborado "una serie de instrucciones" regulando el destino de los sin papeles que viven en Bélgica. "Sin papeles : victoria de Van Romuy", titula el periódico francófono que señala "el éxito marcado del Primer ministro" poniendo fin a esta época de "importante manzana de la discordia en el seno de la mayoría, principalmente entre los partidos francófonos y los liberales flamencos".
Según estos nuevos criterios de regularización, los sin papeles víctimas de "procedimientos anormalmente largos" podrían ser regularizados. De tres años para las familias con niños escolarizados y cuatro para el resto. El acuerdo prevé igualmente una posibilidad de regularización por "arraigo social duradero". Dicho más claramente, se tendrá en cuenta la integración del solicitante (conocimiento de una de las lenguas nacionales, vínculos sociales en Bélgica, etc). Si no se trata de una regularización masiva de solicitantes de asilo, unos 25.000 de entre ellos deberían ser afectados por estas nuevas disposiciones, según el periódico flamenco De Standard.
Este acuerdo es un "verdadero pequeño milagro" , subraya la editorialista del cotidiano francófono Le Soir, "para todos aquellos que esperaban desde hace años una decisión". Pero lamenta que en su forma actual - instrucciones y no una circular - su esperanza de vida sea limitada. "El acuerdo tiene el defecto inherente a toda la política de inmigración en este país. Se ha hecho un texto que carece de valor reglamentario. (…) Como si todo en materia de asilo debería tener un carácter evanescente, susceptible de desaparecer de la noche a la mañana según los avatares de la vida política".
La prensa flamenca critica también un acuerdo en mínimos "Es la montaña que ha parido un ratón", estima el periódico De Standaard en editorial. "El gobierno (no ha definido) ningún criterio para el futuro, que está caracterizado por la más grande inseguridad jurídica" (…) Los ministros no han hecho más que la mitad de sus deberes". En el periódico[Het Belan van Limburg](http:// http://www.hbvl.be/nieuws/binnenland/aid849012/belgie-houdt-open-deur-voor-illegalen-en-mensensmokkelaars.aspx), Jean-Marie Dedecker del partido flamenco LDD (Lijst Dedecker, de extrema derecha) teme sobre todo el efecto llamada para los potenciales solicitantes de asilo : " América tiene su tarjeta verde, Europa tiene su tarjeta azul (tarjeta de residencia) pero en Bélgica existe la tarjeta blanca, que permite a todos los que llegan instalarse definitivamente". Inquietándose también por los "borrosos límites jurídicos" del texto, y del enigmático "papel de coordinador" previsto para el Primer ministro, Paul Biret en La Libre Belgique, anticipa las complicaciones políticas : "Los flamencos no tardarán en tachar de 'laxismo valón' todo crecimiento en la regularización comparada a las cifras recientes, sean cuales sean las razones".
