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Ya lo escribía hace un año: "La torre del nuevo siglo se encuentra en Amberes. con 65 metros de alto sobre la Eilandje [en flamenco, la pequeña isla], donde antiguamente el viejo puerto olía a fuel-oil, el viento agitaba las velas y producía ruidos metálicos. Hablamos del Museum aan de Stroom [literalmente, el museo sobre el río] o MAS, en estos tiempos modernos en los que tanto gustan las abreviaturas y los mensajes cortos. Amberes no sólo tiene una torre más, sino que ahora posee un fenómeno. Un fenómeno urbano".
Sin duda me encanta el MAS, esa "Torre de los campesinos" del siglo XX. Pero el primer rascacielos de Europa [la torre amberina de estilo art déco, construida en los años 30 que durante mucho tiempo fue la más alta de Europa] tampoco marcó un hito en la historia mundial. Si bien el Parque Spoor Noord tiene importancia europea en el plano horizontal, por su parte, el MAS tiene una dimensión internacional en el plano vertical. Delante de este edificio, se tiene la sensación de pasear por una ciudad que tiene presencia, por una metrópolis, en un mundo grandioso.
En mi opinión, el MAS se puede explotar como el símbolo urbano que representa la Torre Eiffel, para realzar el valor de Amberes. En tazas de café, en los palos de los helados, o incluso en esas bolas que se agitan para que nieve en el interior. El hecho de que el arquitecto [Willem-Jan Neutelings] haya solicitado un derecho de imagen y que sea neerlandés demuestra que esta forma de márketing es rentable...
El 'efecto Bilbao' buscado aquí no funcionó
¿Ha embellecido la ciudad de Amberes? Sí, o bueno, casi. No basta con añadir un museo como el MAS. Amberes debe adoptar un concepto más coherente sobre la calidad. Durante el mismo periodo (la concepción del MAS data de 1999), Michel Jaspers pudo construir esa vergüenza que es la Kievitplein y esa monstruosa escuela superior al principio del Italiëlei. Por otro lado, dos bloques de viviendas estériles aparecieron en el Kattendijkdok, pudimos asistir al vodevil del edificio ideado por Zaha Hadid y Richard Rogers recibió una suma ingente de dinero por un palacio de justicia ya pasado de moda y que ni siquiera ha sido resistente. El MAS compensa un poco todo eso, pero no del todo.
¿Se trata de una mejora para Amberes? No. El 'efecto Bilbao' que se buscaba (el hecho de colocar a la ciudad en un pedestal internacional con ayuda de un solo edificio emblemático como el museo Guggenheim) nunca tuvo un efecto positivo en el contexto social de esta ciudad, por no hablar de la solución de los problemas urbanos.
El MAS sin duda suscitará una cierta euforia, oiremos poner por las nubes lo que tiene de apasionante, creativa y atractiva la vida urbana, Richard Florida [sociólogo estadounidense inventor del concepto de ciudades creativas] volverá a será citado en numerosas ocasiones. Sin embargo, desde hace tiempo deberíamos ser más prudentes.
Los jóvenes de clase media se van a la periferia
Amberes, como todas las ciudades de Flandes, de Europa, de cualquier lugar, observa cómo los jóvenes de clase media se van a la periferia, hacia las afueras, entre la ciudad y el campo, mientras que los desheredados y otros voluntarios chinos buscan en la ciudad estudios asequibles para sustituirles. Amberes, como todas las ciudades, debe competir con su oferta (demasiado cara o de muy mala calidad) de un patrimonio inmobiliario anticuado, ante urbanizaciones más asequibles en un sistema que se niega a tener en cuenta el coste del transporte y el despilfarro del espacio.
Amberes puede construir un MAS, pero es incapaz de resolver los problemas que acabamos de mencionar. Y eso no es todo. Amberes observa con inquietud a las clases con dificultades, a los dueños de tugurios y la confusión de los idiomas maternos. El problema de Amberes y de todas las demás ciudades flamencas procede de los poderes públicos, que deben poner fin a su agitación supuestamente festiva y a sus propósitos vacíos sobre las ciudades.
Un plan Marshall urbano
No se ocupan de las cuestiones fundamentales ni aplican una auténtica política para la ciudad. Para empezar, Flandes debe lanzar un plan Marshall con el que ponga sobre la mesa una suma colosal para renovar las viviendas antiguas (alrededor de la mitad de la ciudad), de forma que ahorren energía y sean asequibles. Así la ciudad volverá a pertenecer y se dirigirá a todos.
"Más que nunca" fue en 1984 el eslogan de Barcelona para pasar de ser un entorno muerto a una ciudad viva, ante la perspectiva de los Juegos Olímpicos de 1992. En esta ciudad se han realizado grandes inversiones. El MAS de Amberes podría transformarse en el motor del "más que nunca", de una renovación más que deseable de toda la ciudad de Amberes y de todas las ciudades flamencas, para que la ciudad no tenga que contentarse con un cambio de estilo excesivo, sino para convertirse en una ciudad no solo más bella, sino también mejor.
