La cárcel de Goli Otok. Foto de Kristoforina.

Goli Otok, un pasado con lastre

Campo de reeducación en la época de Tito durante 40 años, la isla croata pronto acogerá un centro de memoria y documentación. Pero para los antiguos presos, al reconocimiento de su sufrimiento le espera un largo combate, informa el diario holandés Trouw.

Publicado en 3 agosto 2009 a las 15:56
La cárcel de Goli Otok. Foto de Kristoforina.

Corre el año 1949. Es medianoche. Dmitar Kastratovic, estudiante de 18 años, está sentado con las manos atadas a la espalda en una oscura celda de Montenegro. Es el líder local de las juventudes del partido comunista y lleva detenido diez días por posesión de un periódico soviético ilegal. Un agente de la policía secreta le apunta al pecho con una pistola y le pregunta: “¿Quién es más listo, Tito o Stalin?”, a lo que Kastratovic responde: “Stalin”. Dos días después, el joven es enviado a la prisión de Goli Otok, donde permanecerá encerrado casi tres años.

Hoy día Kastratovic tiene casi 80 años, pero los terribles recuerdos de aquella época siguen causándole pesadillas. Se acuerda de que le hacían trabajar horas y horas bajo un sol de justicia y sin poder beber. “A veces no nos daban más que cuatro alubias; si alguno se quejaba de hambre, los guardias nos castigaban a todos. Nos obligaban a correr durante horas y nos propinaban bastonazos hasta que nos desplomábamos.”Las torturas que sufrió en Goli Otok le han dejado secuelas: perdió un riñón y sigue sufriendo fuertes dolores de cabeza. Le siguen acompañando en sueños las imágenes de sus amigos, los que se suicidaron lanzándose de un precipicio y los que murieron de agotamiento. Le obligaban a transportar los cuerpos a la otra punta de la isla y a enterrarlos con sus propias manos.

En la actualidad Goli Otok, la “isla desnuda”, está abierta al público. El Instituto Berlage de Róterdam, una institución internacional dedicada a la arquitectura, el urbanismo y el paisajismo, en colaboración con la Asociación de Arquitectos de Zagreb y la organización croata de antiguos presos Ante Zemljar,pretende convertir Goli Otok en un monumento conmemorativo. La investigadora croata y coordinadora del proyecto, Sasha Zanko, nos pone sobre aviso: “En la isla no se encuentra el tipo de información que propone la exposición de Zagreb”.

La exposición “Goli Otok a escala humana” presenta documentos y fotografías, así como estatuas realizadas por antiguos reclusos, quienes esperan que el proyecto del instituto contribuya a cambiar la idea generalizada de que Yugoslavia era un país ejemplar antes de que se produjese la desintegración en los años 90. “Goli Otok fue un gulag yugoslavo, un campo de concentración en el que se ‘educaba’ a los estalinistas y disidentes del régimen de Tito”, nos explica Trvtko Jakobina, historiador de la Universidad de Zagreb.

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A principio de los 90, Berislav Jandric, del Instituto Croata de Historia, intentó investigar sobre la labor de la policía secreta del régimen comunista entre 1949 y 1953, pero las autoridades croatas le prohibieron publicar los nombres de los detenidos “para evitar posibles demandas por violación de los derechos humanos.”

Los antiguos detenidos militan desde hace años para que se recupere la memoria de las víctimas, aunque sin mucho éxito. Nunca se ha juzgado a los verdugos. Tras la división de Yugoslavia, a principios de los años 90, los antiguos presos amanecieron desperdigados en varios países, una situación que hace más difícil obtener la reparación económica y moral.

La iniciativa de los arquitectos pretende combinar el recuerdo de la tragedia con el turismo. Zanko suele comparar Goli Otok con Robben Island, la isla en la que estuvo detenido Nelson Mandela: “Debemos desarrollar una atracción turística respetando a los antiguos presos”.

La exposición “Goli Otok a escala humana” puede visitarse hasta el 8 de septiembre en Zagreb.

Historia

"El infierno del Adriático"

El campo de concentración de Goli Otok se abrió en 1949, un año después de que se produjese la ruptura entre la Yugoslavia de Tito y la Unión Soviética de Stalin. Según explica el diario holandés Trouw, “Tito, aislado entre Occidente y la Unión Soviética, trató de unificar Yugoslavia borrando las diferencias étnicas para fundar un nuevo Estado”. Quienes se oponían eran enviados a prisiones como Goli Otok, conocida como “el infierno del Adriático”, para que purgaran sus “pecados”.

El campo de concentración se cerró en 1989. Como señala Berislav Jandric, “no sabemos a ciencia cierta cuantos prisioneros hubo y cuántos siguen con vida”. Se estima que por la isla adriática pasaron entre 15.000 y 50.000 detenidos.

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