Cascos azules patrullan a lo largo de la línea verde que separa las dos partes de la isla, en Nicosia, octubre de 2009.

Comienza la cuenta atrás

Dentro de un año, la República de Chipre ostentará la presidencia rotatoria de la UE. Hasta entonces, la parte turca y Turquía quieren conseguir solucionar la división de la isla, so pena de romper las negociaciones con Europa.

Publicado en 27 julio 2011 a las 16:07
Cascos azules patrullan a lo largo de la línea verde que separa las dos partes de la isla, en Nicosia, octubre de 2009.

El antiguo consejero especial del Secretario General de Naciones Unidas para Chipre, Álvaro de Soto, describe la situación con la metáfora de "un cofre con cuatro cadenas, cuyas llaves deben introducirse y girar al mismo tiempo" para que pueda abrirse.El problema chipriota, el enfrentamiento más antiguo en Europa que se remonta a 1974, avanza a buen ritmo hacia su desenlace.

Grecia, Turquía y la República Turca del Norte de Chipre (RTNC) han estipulado que las negociaciones relativas a la reunificación deben dar su fruto antes de octubre. Quedan por aclarar la postura de la República de Chipre y los intereses de la Unión Europea.Sin embargo, los turco-chipriotas están convencidos de que la UE utiliza el asunto de la reunificación de Chipre como pretexto para bloquear las negociaciones de adhesión de Turquía.

Recientemente, Ankara ha reforzado su posición. El ministro de Asuntos Exteriores Ahmet Davutoglu y el primer ministro Recep Tayyip Erdogan han amenazado con boicotear al conjunto de la UE si a partir de julio de 2012 una Chipre todavía divida asume la presidencia de la UE. Turquía no puede aceptar que el problema chipriota siga siendo un obstáculo en sus negociaciones con la UE. "No existe ninguna razón o justificación étnica para dejar el Norte de lado", amenaza Davutoglu.

El tiempo corre en contra de la reunificación

Puede que el conflicto chipriota sea tan complicado como el palestino-israelí. Tras 37 años, las dos partes de la isla están muy bien delimitadas y vigiladas por el ejército turco y el griego. En medio, los soldados de la ONU, además de dos bases bajo soberanía británica. Aunque ni Grecia ni Turquía se oponen ahora a la reunificación y la ONU ha amenazado con retirar sus tropas, cuyos gastos de mantenimiento ascienden a más de 57 millones de dólares (40 millones de euros) anuales, las negociaciones se encuentran en un callejón sin retorno.

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En 2004, cuando la isla hubiese podido adherirse unificada a la UE, los greco-chipriotas rechazaron en referéndum la reunificación. A pesar de las promesas de la UE, la parte turca se encuentra todavía sometida a embargos y ningún avión puede aterrizar, a menos que proceda de Turquía. Ankara mantiene la economía de esa parte de la isla (290 millones de euros anuales).

Las dos partes no han conseguido ponerse de acuerdo sobre el tipo de Gobierno (la fórmula propuesta por la ONU consistía en un Estado federal con dos administraciones, pero con un único gobierno federal), la división territorial o la cuestión de la restitución de los bienes de los refugiados de los dos bandos tras la intervención de 1974. Ambas partes deberán ratificar en referéndum cualquier acuerdo. Y los greco-chipriotas parecen cada vez menos dispuestos a decir "sí" a la reunificación. Cada vez hay más jóvenes en el país que carecen de la nostalgia de una propiedad perdida en un tiempo pasado, durante la división de la isla. Por esta razón el tiempo corre en contra de la reunificación.

¿Un Estado federal en el horizonte?

Tras la intervención militar turca de 1974 (destinada a impedir que la junta militar griega se anexionase Chipre) y tras la masacre en los dos bandos, la isla se dividió en dos, con un muro de separación que atraviesa el centro de la capital, Nicosia (Lefkoşa en turco). Lo que desencadenó, según la resolución de la ONU, el intercambio de población. Los turco-chipriotas que vivían en el sur se vieron obligados a abandonar sus casas y mudarse al norte, y los greco-chipriotas del norte se trasladaron al sur. El asunto de las propiedades abandonadas por la fuerza sigue siendo uno de los principales escollos en el camino de la reunificación.

¿Hay un "plan B"? Muy probablemente, el reconocimiento como Estado por parte de la ONU. "Queremos ser reconocidos por la comunidad internacional. Si los greco-chipriotas persisten en su intransigencia, nosotros emprenderemos otras acciones", sostiene Hüseyin Özgürgün, ministro de Asuntos Exteriores de RTNC, que reconoce haber enviado a emisarios a Suecia, Noruega y Bruselas.

La reunificación de la isla como un Estado federal es la mejor solución para Chipre, según ha declarado a Adevărul el ministro de Asuntos Exteriores de la República de Chipre, Markos Kyprianou. "Comerciar directamente con el norte no es legal, puesto que constituiría una violación del acervo comunitario. No se pueden tomar decisiones en el seno de la UE acerca de cuestiones nacionales chipriotas sin contar con el consentimiento de ambas partes. No creo que los Estados miembros quieran crear un precedente así dentro del espacio europeo".

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