El presidente Obama pasa revista a soldato en Praga, el 5 de abril de 2009 (AFP)

Obama no hace milagros

En este 11 de septiembre, el primero de la era Obama que conmemora Estados Unidos, un estudio revela que aunque en el Viejo Continente se tiene una mejor imagen de este país, su nuevo presidente allí no les cae demasiado en gracia. Según la prensa europea, ésta es una tendencia particularmente ostensible en Europa Central y en Europa del Este.

Publicado en 11 septiembre 2009 a las 15:39
El presidente Obama pasa revista a soldato en Praga, el 5 de abril de 2009 (AFP)

Después de la tragedia del 11 de septiembre de 2001 y el despliegue de solidaridad que siguió a los atentados de Nueva York y Washington, los europeos se habían ido distanciando más o menos de EE.UU. al ritmo de la Guerra de Irak y de los excesos de la administración Bush. En este primer 11 de septiembre de la era Obama, parece que EE.UU. está cambiando, pero no tanto cómo habría podido esperar el nuevo presidente.

Según Le Monde, el apoyo ofrecido al aliado estadounidense por las opiniones públicas del Viejo Continente se ha cuadruplicado al llegar al poder en enero el presidente demócrata. Un 77 % de los europeos aprueba la política exterior del nuevo presidente de EE.UU. En cambio, las medidas emprendidas por George Bush en 2008 sólo obtuvieron el visto bueno de un 19 %. Es uno de los datos que aporta el sondeo realizado en junio en once países comunitarios y en Turquía y EE.UU. por iniciativa de la German Marshall Fund, una organización que todos los años toma el pulso a la relación transatlántica y que el pasado 9 de septiembre publicó sus conclusiones sobre 2009 (el informe "Transatlantic Trends").

El escepticismo creciente de Europa del Este

En Alemania, el porcentaje de personas encuestadas que tiene una buena imagen de EE.UU. ha pasado de un 12 % a un 92 % en un año. En Francia, la americanofilia ha pasado de un 11 % a un 88 %. "Obama ha logrado recuperar casi todo el apoyo europeo que había perdido George Bush", explica Ron Asmus, Director Ejecutivo del German Marshall Fund en Gazeta Wyborcza. “Pero esto precisa dos comentarios. En primer lugar, que el entusiasmo que sienten los ciudadanos de Europa Central y del Este por los Estados Unidos es mucho menor que el del resto de los europeos. En segundo lugar, que ese aumento del índice de confianza no significa que Europa y EE.UU. coincidan en todo, por ejemplo, en cuestiones como Irán o Afganistán”.

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Porque la mayor sorpresa de la encuesta de la fundación estadounidense es el creciente escepticismo de los europeos que la administración Bush consideraba sus mejores aliados. En opinión de Asmus, los habitantes de Europa Central y del Este son "más cínicos y más pragmáticos en su percepción de un dirigente carismático como Obama". Revista 22 resume la situación con la siguiente frase: "La mitología de Obama no ha conquistado a la nueva Europa". Eslovaquia y Bulgaria tienen incluso una postura totalmente opuesta a la de Alemania y Francia. Esa división también resulta evidente por lo que se refiere a la confianza en la OTAN. Sólo un 53 % de los ciudadanos de Europa del Este piensa que la organización transatlántica es necesaria, frente a un 73 % de los de Europa Occidental. "Puede que esto quiera decir que cada vez son más los europeos que miran hacia Bruselas, que la Nueva Europa se ha vuelto más eurocentrista y menos atlantista", plantea la publicación rumana. "Con paso lento pero seguro, la guerra de Afganistán va siendo más una guerra de Obama y menos una guerra de Europa".

Rusia, encrucijada de la relación transatlántica

Mientras que Afganistán es una herencia que Barack Obama debe administrar según se vayan dando las circunstancias sobre el terreno, The Economist ve en la política de seguridad que el presidente estadounidense ha decidido seguir en Europa un motivo más hondo para el desamor que existe entre la "Nueva Europa" y el Nuevo Mundo. "La administración Obama está revisando el proyecto de sistema de defensa antimisiles según el cual tenía previsto instalar 10 misiles interceptores y una estación de radar en Polonia y en República Checa",explicala publicación londinense. "Un cambio en este proyecto podría entenderse como una marcha atrás destinada a complacer a Rusia". Y a Rusia se la sigue viendo en los antiguos países del bloque soviético como la principal amenaza para la zona.

Aunque, como bien dice The Economist, "EE.UU. tiene problemas más importantes que sus relaciones con Europa del Este y los ciudadanos de estos países han sido unos cándidos en las relaciones que han mantenido con Estados Unidos durante los años del gobierno de Bush. Pero, pese a todo, incluso desde la administración Obama reconocen que se podrían conseguir mejores resultados".

Cooperación

El radiante porvenir de Euroamérica

“La cooperación transatlántica tiene un gran pasado” y “seguramente un gran futuro”, aseguró Fabrizio Saccomanni, director general del Banco de Italia a Il Sole 24 Ore. Saccomanni relativiza la tesis del agotamiento del liderazgo global de Occidente a favor de los países emergentes. En efecto, pese a la inclusión de un número creciente de países emergentes en el viejo G7 – que ha pasado a ser entre tanto G20- las viejas instituciones financieras como elFondo Monetario Internacional (FMI) han demostrado ser las únicas capaces de afrontar las crisis sistémicas. No hay que dejarse engañar por el desarrollo de China: según Saccomanni, el eje EEUU-UE sigue teniendo un futuro prometedor. La fuerza de esta alianza proviene de las diferencias existentes entre los dos modelos: “Estados Unidos tiene una fuerte cultura del crecimiento que pone de relieve el apoyo a las inversiones, a la innovación y a la competitividad. La UE tiene una cultura igual de fuerte en el ámbito de la estabilidad, y pone de relieve políticas macroeconómicas sólidas y una reglamentación eficaz del mercado. La actual crisis podría ser por lo tanto la oportunidad adecuada para redefinir esta mezcla óptima de crecimiento y de estabilidad en las dos orillas del Atlántico”.

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