Los bancos chipriotas han vuelto a abrir el 28 de marzo, doce días después de haber cerrado mientras el Gobierno negociaba el plan de rescate de 10.000 millones de euros con la troika de los acreedores internacionales (UE, BCE y FMI) y Rusia.
La actividad se ha recobrado con calma, escribe el Financial Mirror en Nicosia. Para evitar un "bank run", que se produjese una retirada masiva de dinero, las autoridades chipriotas han impuesto un límite a los fondos de que se puede disponer durante una semana. Los observadores auguran, sin embargo, que dicho límite se mantendrá mientras dure la crisis.
También se han introducido restricciones sobre el movimiento de dinero, según concreta el diario:
el Banco de Chipre registrará todas las transacciones de más de 5.000 euros y verificará una por una las que tengan un valor superior a 200.000 euros. Las personas que abandonen la isla no podrán llevarse más de 1.000 euros por día.