Tras doce horas de debate bajo los auspicios de la UE, el 2 de abril, serbios y kosovares partieron cada grupo en una dirección sin haber cerrado un acuerdo sobre la normalización de sus relaciones. "Existe una pequeña fosa que separa ambas partes, pero es profunda", declaró Catherine Ashton (a la derecha), la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores.
El principal obstáculo sigue siendo el estatuto de los municipios con mayoría serbia en el norte de Kosovo. Pristina acepta la proposición europea de que dichas localidades constituyan una asociación, mientras Belgrado exige más poderes para esos municipios, en concreto en materia de policía y de justicia.
Los principales negociadores serbios, el primer ministro Ivica Dacic (a la izquierda) y su viceprimer ministro Aleksandar Vucic (a la derecha), recuerdan hoy un plan que presentó en 2007 el expresidente finlandés Martti Ahtisaari (en el centro) y que Serbia rechazó en su momento.