Los días 11 y 12 de julio marcan el vigésimo aniversario de la masacre de Srebrenica, el enclave bosnio en territorio controlado por las fuerzas serbias, en el que más de 8000 hombres fueron asesinados por las fuerzas serbo-bosnias del general Ratko Mladic así como por tropas de la República de Serbia durante cinco días. Los 400 cascos azules holandeses de la FORPRONU que tenían como misión proteger a los bosnios no pudieron impedir el mayor crimen de guerra cometido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
El 9 de julio, Rusia vetó una resolución de la ONU que pretendía calificar de genocidio- una calificación que sí atribuyó el Tribunal Penal especial para la exYugoslavia- la masacre.