El bosón de Europa

Publicado en 6 julio 2012 a las 15:25

Es la partícula elemental indispensable, la que explica el porqué de este universo y por qué los elementos que lo componen le dan consistencia. Sin ella, se considera que el gran proyecto resulta incomprensible. El único problema es que es meramente teórica.

Para llegar a descubrirla hace falta emplear mucho tiempo y dinero en experimentos. Hacer girar sin parar materia dotada de fuerzas a veces complementarias y a menudo opuestas. Algunos temen que la colisión de fuerzas, tanto entre sí como contra obstáculos inesperados, haga que el experimento fracase, o que provoque una explosión en el laboratorio. Pero si no podemos demostrar la existencia de la partícula, este universo nos parecerá cada vez más artificial y correrá el riesgo de desmoronarse.

Sin el bosón de Europa, la partícula de la pertenencia común, la construcción europea acabará siendo únicamente un modelo de ciencia política que no puede aplicarse a largo plazo. Mientras la ciencia acaba de dar un paso definitivo al descubrir de una manera casi concluyente el bosón de Higgs, el gran acelerador europeo, de momento, despierta únicamente reacciones divergentes.

Esta semana, el Parlamento Europeo rechazó el acuerdo anti-falsificación ACTA. Una decisión que acentúa la oposición entre dos fuerzas del universo europeo: el Parlamento se ha enfrentado a la Comisión Europea, que defiende dicho tratado. Pero se trata de una decisión en la que ha ganado la democracia, pues el texto fue contestado por ciudadanos activos desde todos los rincones de Europa.

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Unos días antes, la decisión de los líderes de los países de la zona euro de apoyar el pacto de crecimiento y de continuar por la vía de una unión bancaria liberó las fuerzas centrípetas dentro del universo europeo. Dinamarca ha comunicado que se conforma con una UE a dos velocidades. Una minoría cada vez más fuerte de diputados alemanes se opone a la flexibilización de las condiciones de ayuda a los países y a los bancos en dificultades. El primer ministro británico se ha visto obligado a evocar un referéndum sobre la UE, en un ambiente en que cada vez se pone más en duda la presencia de Reino Unido en la UE. Y la ministra de Finanzas finlandesa afirmó que su país preferiría salir del euro a tener que pagar las deudas del resto de los países.

Mientras tanto, el jefe de Estado chipriota, Dimitris Christofias, inauguró la presidencia rotatoria de la UE, que ejerce su país, manifestando su reconocimiento hacia Rusia, que sería menos exigente que la UE a la hora de aportar su ayuda financiera.

Este universo caótico, en el que crean turbulencias añadidas los tejemanejes políticos, las preocupaciones sobre los inconvenientes de la solidaridad financiera, así como la crisis y sus síntomas, podría alumbrar un día ese bosón de Europa que permita estabilizar el proyecto de una UE próspera y democrática. Pero nuestros líderes necesitarán muchas dosis de sabiduría y de saber hacer.

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