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No importa que estemos en crisis, para la responsable europea de Agenda Digital los europeos estarán muy pronto en una nube. Neelie Kroes presentó el jueves 27 de septiembre la tan esperada Estrategia europea para la “informática en la nube”. Tiene como objetivo favorecer la difusión de los servicios informáticos en red de los actores públicos y privados, puesto que a partir de 2013 se introducirán a escala europea estándares técnicos comunes, certificaciones, contratos de suministro, criterios de protección de datos privados y de seguridad, así como el reconocimiento de los derechos de los usuarios. Según la responsable europea, desde ahora y hasta 2020, invertir 45.000 millones de euros en “informática en la nube” engendrará un aumento del PIB de la UE equivalente a 1 billón de euros y 3,8 millones de empleos. En definitiva, buenas noticias.
El mercado de la “informática en la nube” es el sector que experimenta, dentro del ámbito de las tecnologías de la información, el crecimiento más rápido en todo el mundo. La mayoría de las grandes compañías vinculadas a internet (Google, Yahoo, Microsoft, Amazon, Dell, Facebook, Apple, etc.) promocionan de manera activa sus servicios en “nube” y los operadores del sector están de acuerdo en afirmar que la tecnología de la “nube” permitirá que las empresas ahorren entre un 50 y un 60% del material informático, es decir, entre un 10 y un 20% del conjunto de sus gastos. Aunque la mayoría de las empresas y de los usuarios europeos dudan en pasarse a la nube, por distintas razones, ya sean las relacionadas con la seguridad, la protección de datos, la compatibilidad técnica o jurídica entre países. El proyecto de la Comisión debería simplificar las cosas.
La pega es que para funcionar correctamente, la “informática en la nube” requiere una conexión a internet estable, rápida y barata. Aunque en muchos países, estas tres condiciones no se cumplen. En enero de 2012, únicamente el 27,7%de los europeos tenía contratada una tarifa de internet fija a alta velocidad (pero más del 90% de ellos podría acceder). Además, los recortes presupuestarios marcados por la austeridad que rige estos tiempos de crisis obligan a que los gobiernos se hagan cargo de los costes, tanto en el ámbito nacional como en el europeo, de las infraestructuras necesarias para extender tanto el alcance como la velocidad de las redes de telecomunicaciones. Estas redes requieren que se realicen fuertes inversiones, y no es el momento de realizar gastos. En definitiva, las asociaciones de consumidores critican la falta de ambición del “plan Kroes” en lo que se refiere a los derechos de autor, la protección de datos personales y las condiciones de uso.
La nube de la responsable europea Kroes no es de color de rosa, pero al menos hay que reconocer que encauza los pasos y proporciona un marco de actuación a los Estados miembros, que todavía tienen grandes reticencias en materia de flujo transfronterizo de datos y cuyos políticas son, en el mejor de los casos, tímidas en lo que concierne a la “informática en la nube”.
