Nuestras divisiones europeas

Publicado en 29 marzo 2013 a las 15:46

¿Es un signo de los tiempos que corren? El pasado domingo un artículo aseguraba que “Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa”, en esta ocasión para “garantizarse su espacio vital económico”, el de Alemania. Una comparación absurda, pero que se hace eco de los carteles que pueblan desde hace tiempo las calles de Atenas o, más recientemente, de Nicosia.
Si este artículo ha generado más revuelo se debe a que lo publicó en Internet un periódico que se considera uno de los mejores de Europa, El País.
Por primera vez, el paralelo entre la canciller y el dictador llegaba a las páginas (electrónicas en este caso) de un medio catalogado como prensa seria y de calidad. Ante las reacciones suscitadas, El País retiró el artículo en cuestión, escrito por un colaborador externo y que no representa, por tanto, la línea editorial del diario.
La crisis chipriota todavía no se ha traducido en una crisis del euro, pero ha acentuado las divisiones y los resentimientos que hieren a Europa desde que la depresión económica y la política de austeridad sacuden a la sociedad. La tradicional desconfianza hacia “Bruselas” y sus burócratas se transforma en antagonismo entre el norte y el sur de Europa, y en una mezcla tóxica de desconfianza y agresividad hacia Alemania, acusada de querer imponer su modelo y su voluntad a todos los pueblos de la Unión.
En distintos grados y con puntos de vista analíticos o más comprometidos, esta tendencia se encuentra representada en la prensa europea. O, más bien, en las prensas europeas, pues tanto las opiniones, las sensibilidades y las expectativas pueden variar de un país a otro. Y estos artículos, esas portadas, esas polémicas, las recoge Presseurop, cuya línea editorial consiste en reflejar esos debates que agitan nuestro continente.
Con la lectura de los comentarios de nuestros lectores, nos damos cuenta de hasta que punto este ambiente se adueña de las mentes y del espacio público. Muchos lectores se sienten obligados a defender, es decir, a justificar, su visión del mundo y de su modo de vida. Algunos cuestionan Europa, tal y como se construye hoy en día. Por último, otros lamentan que nuestros artículos y los debates que se generan contribuyan a alimentar esas divisiones.
Europa, y particularmente la Unión Europea, atraviesa un periodo difícil. A la puesta en tela de juicio de los equilibrios mundiales se añaden una desestabilización de nuestro modelo político, económico y social, y una pérdida del sentido que hay que darle a lo que los europeos llevan construyendo desde 1945. La lectura diaria de la prensa se parece en muchos aspectos a la crónica de una depresión, con arranques de pesimismo y de cólera. Pero el mal que subyace y que los europeos han ignorado durante décadas es la ignorancia y la incomprensión de lo que unos y otros viven, piensan y experimentan.
Enfrentarse a los clichés y a las críticas del otro es, evidentemente, desagradable y a menudo injusto. Pero probablemente esta toma de conciencia sea necesaria para superar la crisis de confianza que atraviesa la Unión. Ignorar los síntomas de esta ignorancia mutua sería privarse de los medios para combatirla. Porque incluso en nuestras diferencias, nuestro destino es hoy en día un destino común.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!