Rumanía se encuentra sumida en "una triple crisis: social, política y económica" y "necesita 22 millones de soluciones", una por habitante, afirma Cotidianul, ahora que la coalición que ocupa el poder ha saltado en mil pedazos. El pulso entre el Primer ministro, el liberal Emil Bloc, y su número dos, el ministro del Interior socialdemócrata Dan Nica, ha terminado con la ruptura entre los dos hombres fuertes del gobierno y con la dimisión en bloque de los ministros del Partido Socialdemócrata (PSD).
Cotidianul explica que Bloc, descontento por la tardía reacción de Nica tras la huelga de los policías de este verano y el incremento de la delincuencia en el país, había pedido su cabeza. Por su parte, los socialdemócratas acusan a los liberales de querer recuperar el ministerio del Interior "para controlar las elecciones legislativas del 22 de noviembre". En Rumanía, prosigue el diario de Bucarest, "el que controla este ministerio, también controla a los policías, las fuerzas de seguridad, las fronteras, las jefaturas de policía. Es muy codiciado, pues representa dinero, información y poder". "Los rumanos están a un paso de la exasperación", advierte Cotidianul: entre la huelga de magistrados y la de profesores, sólo faltaba "el caos en el gobierno".