Mientras que gran parte de la prensa europea especula sobre las circunstancias y el misterio de la muerte de Muamar el Gadafi, capturado y muerto el 20 de octubre mientras intentaba escapar de su ciudad nativa, Sirte, Público titula: "Gadafi dejó 1.3 billones de euros en la Caixa Geral de Depósitos".
El diario lisboeta revela que el banco estatal portugués cuenta actualmente con activos por valor de 1.3 billones de euros del Estado libio depositados en cuatro cuentas congeladas el pasado mes de marzo, después de que la comunidad internacional impusiera sanciones al régimen de Gadafi. El primer depósito tuvo lugar en 2008, después de que el líder libio cerrara sus cuentas suizas en represalia por el arresto de su hijo en el país alpino.
Para el director de Gazeta Wyborcza Adam Michnik, uno de los líderes de la oposición democrática polaca bajo el comunismo, "la muerte de Gadafi no es motivo de alegría, sino de reflexión sobre el mundo en el que vivimos, con dictadores muy cerca. Gadafi creía ser indestructible, ha chantajeado y humillado a todo el mundo y también puso a los gobiernos europeos a sus pies. Creía en la violencia y en las mentiras, pero falló en sus cálculos". Michnik añade que la muerte de Gadafi es una clara señal enviada a las naciones que todavía viven bajo la tiranía de que "los dictadores no están exentos de castigo, que no son inmortales".