Prestar ayuda urgente no es un delito. La conclusión a la cual ha llegado el 7 de octubre el tribunal de Agrigento, en Sicilia, ha dejado un sabor amargo en los periódicos alemanes. Señalan con dedo acusador a lo que consideran "un proceso bochornoso". Desde hace 5 años, las autoridades italianas perseguían en justicia a Elías Bierdel, antiguo director de la ONG Cap Anamur, por haber salvado a 37 refugiados africanos de un naufragio en alta mar y por haberlos transportado a tierra firme durante el verano de 2004. Su "crimen" fue el "dar asistencia a la inmigración clandestina". Después de preparar una "acusación rebuscada, que presentaba a los trabajadores humanitarios como traficantes profesionales de seres humanos (…), la puesta en libertad", [exclama Tageszeitung](http:// http://www.taz.de/1/debatte/kommentar/artikel/1/justiziable-fluechtlingspolitik/). "Así termina un proceso que nunca debió celebrarse".
El periódico berlinés estima que el proceso era político y que "servía para dejar claro que cualquiera que se atreviese, no solamente a protestar, sino a oponerse activamente a la política italiana -y europea- contra los refugiados, sería frontalmente reprimido por el Estado". Conclusión de TAZ : "Este veredicto no tendrá ningún valor si no se hace mención al deber absoluto de salvar a los náufragos y a la obligación de los Estados de acoger a los refugiados".