¿Una Europa bajo el yugo de la dama de hierro Merkel y del pueblo protagonista “del milagro económico”? Esta tesis que difunden los diarios británicos exaspera a la prensa alemana. A los columnistas del otro lado del canal de la Mancha que defienden la exclusión de Alemania de la zona euro, bajo el pretexto de que Berlín “habría desestabilizado el euro con sus bajos salarios, su despiadada productividad y su bien conocida mentalidad avasalladora”,Matthias Matussek, columnista de el Spiegel-Online, responde con un mordaz: “Vuestro Imperio y nosotros”:
Como de costumbre, se emplean términos de victoria y de derrota, y de las facturas no pagadas de la historia [...] Mencionar la guerra ha debido ser toda una delicia. Veo cómo se ríen sarcásticamente. Incluso yo lo hago. Calculan una contribución alemana a Europa más o menos equivalente a las reparaciones exigidas por los tratados de Versalles. ¡Qué interesante! ¡Qué útil! [...] Preguntar a los administradores de la herencia del Imperio su opinión sobre el malestar alemán es como dar su corderito preferido, pero enfermo, al carnicero para que le haga una revisión. [...] Al escucharles filosofar sobre las deudas históricas de Alemania, de Europa y del mundo entero, nos cuesta creer que las islas británicas hayan sufrido un crac financiero.
En París, Le Monde constata el “abismo” que separa el enfoque alemán del británico sobre el futuro de Europa. Por un lado, la canciller apela más a la integración europea, por otro, el primer ministro David Cameron considera que la crisis debe servir de oportunidad para ‘remodelar’ la UE a su manera. “Es decir, haciendo ‘regresar el flujo de las competencias’ hacia Londres, pero sobre todo de no ‘dejar que deriven’ hacia Bruselas”.
Sin embargo, si la pareja franco-alemana es imperfecta y desigual, sigue siendo indispensable para encontrar una solución para la crisis, considera el diario:
Los alemanes, que sobre todo no quieren ser los únicos pilotando el avión, son los primeros en manifestarlo. Porque, si debe contar con los primos británicos, Alemania podría también retirarse desde este momento. Londres ha elegido no formar parte de la zona euro, pero reivindica participar en las decisiones que se tomen al respecto.
“En la coyuntura actual, la eterna ambigüedad británica socava cada día más Europa”, añade Le Monde, que resume su enfoque en este titular: “En Europa, Londres debe elegir... o callarse”.