"¿Desaparecerá el telón de acero que constituye el río Prut?", se pregunta en su portada Timpul, el día después de la firma del Tratado de circulación transfronteriza con Rumanía. Ahora, muestra su satisfacción el diario moldavo, "más de un tercio de la población moldava, equivalente a más de un millón de personas, ya no necesitará un visado para entrar en Rumanía".
El tratado, firmado el 20 de octubre en Chisinau, prevé la libre entrada en Rumanía, y por lo tanto en la Unión Europea, de los moldavos que residan en las provincias que bordean la frontera común, delimitada por el río Prut. En cada país, los habitantes de las poblaciones situadas a menos de 30 km de la frontera también podrán dirigirse al país vecino, hasta un límite de 50 km del Prut. "De este modo, las relaciones con la UE y con Rumanía vuelven a la normalidad", se congratulaba el martes Iurie Leanca, ministro moldavo de Asuntos Exteriores. No obstante, antes de su entrada en vigor antes del fin de 2009, será necesario esperar la opinión de la Comisión Europea