The Guardian advierte de que algunos de los paraísos fiscales británicos podrían convertirse en las últimas víctimas de la crisis financiera. Mañana se publicará un informe sobre la situación económica de los territorios del Reino Unido en ultramar y de las dependencias de la corona británica, entre ellas Jersey, la Isla de Man y las Islas Caimán, que parece indicar que no todo marcha bien en el paraíso.
Tras recibir críticas por el papel desempeñado en la crisis económica, algunos de los paraísos fiscales comienzan a experimentar problemas propios. El periódico informa de que los ingresos por servicios financieros y por las cuotas de los bancos han caído hasta el punto de que las Islas Caimán “tuvieron que pedir permiso al Ministerio británico de Asuntos Exteriores para obtener un préstamo de 280 millones de libras”. Peor aún, algunos representantes británicos están preocupadas por la posibilidad de que otros territorios más pobres del Caribe, afectados por la reducción del turismo estadounidense, puedan convertirse en Estados fallidos que se vean arrastrados al tráfico ilegal de drogas”. Se espera que el informe subraye que no habrá ningún plan de rescate por parte del Reino Unido, de modo que los centros financieros offshore no tendrán más remedio que aumentar los impuestos si quieren sobrevivir a la crisis económica.