"Italia deportada", titula Il Manifesto, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) declarase culpable a Italia por violar el derecho de los inmigrantes a ser protegidos frente a la tortura y el abuso. El Tribunal de Estrasburgo dictó sentencia a favor de una demandapresentada por un grupo de somalíes y eritreos que fueron interceptados en un barco en las inmediaciones de la isla de Lampedusa en mayo de 2009. Según el acuerdo firmado por el Gobierno de Silvio Berlusconi con el presidente libio Muamar el Gadafi, fueron deportados a Libia, país desde el que habían partido la embarcación. Italia debe pagar 15.000 euros a cada uno de los inmigrantes en concepto de daños morales.
Según el Tribunal, la política italiana de "expulsar" aplicada a las operaciones llevadas a cabo desde 2009 contraviene la legislación internacional porque trata a los inmigrantes de manera colectiva y les niega el derecho a recurrir ante los tribunales italianos. Roberto Maroni, el miembro de la Liga Norte y ministro del Interior por aquel entonces, ha criticado la sentencia al tildarla de "política", mientras el primer ministro Mario Monti ha declarado que su Gobierno analizará el veredicto. Aunque Il Manifesto se muestra escéptico:
Los tratos con el nuevo Gobierno libio apuntan en la misma dirección que los que se establecieron con Gadafi. Cambiar esto requeriría una revisión completa de la legislación y una nueva política de información. Al leer comentarios publicados en Internet sobre la sentencia, uno se da cuenta de que ahora se ve a Europa como una amenaza contra nuestra integridad nacional. Este es el resultado de dos décadas de xenofobia y de hostilidad institucional contra los inmigrantes.
Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves