¿Usted fuma?¿bebe?¿padece de hemorroides? ¿cuándo ha tenido sus últimas reglas? Desde este verano, cada uno de los casi 1.500 asistentes de los diputados europeos debe responder a este tipo de preguntas, informa el Frankfurter Rundschau, es decir, desde que los asistentes son contratados por el Parlamento Europeo y no por el diputado con el que trabajan. Normal para las muestras de orina y sangre, para el examen de rayos X y el electrocardiograma, pero el cuestionario íntimo es demasiado, comenta indignado el periódico, que además se pregunta sobre cuál puede el interés en saber si el o la asistente parlamentario ha padecido de alguna enfermedad entre una lista de casi cuarenta, si alguno de sus familiares próximos sufre de hipertensión arterial, cáncer o enfermedades mentales, si ha consultado un neurólogo, un psiquiatra, un sicoterapeuta (y en caso afirmativo, el motivo de la consulta, el nombre y la dirección del especialista).
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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