Tras 32 días de huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, la activista saharaui Aminetu Haidar vuelve hoy al Sáhara Occidental, territorio administrado por Marruecos y sobre el que la ONU defiende un referéndum de autodeterminación, plan tradicionalmente apoyado por España. Haidar, de 42 años de edad, fue expulsada el 14 de noviembre por las autoridades marroquíes, y ha podido volver al Sáhara gracias, entre otras, a la intervención francesa.
Se trataba de "la única salida aceptable para una crisis que tuvo como origen una decisión inicua del Gobierno marroquí y una colaboración del español sobre la que aún siguen pesando algunas sombras", afirma el diario El País. Hay que felicitarse de que el asunto "no haya terminado en tragedia" pero también "ha mostrado la debilidad de las bases de las relaciones entre España y Marruecos", subraya el diario, que acusa a Marruecos de haber cometido un "injustificable atropello" a Haidar, que volvía de recibir un premio a los derechos humanos en los Estados Unidos, mostrando que "la represión sigue formando parte de los métodos para tratar a los saharauis".